Resumen:
Las trayectorias de las personas en situación de discapacidad han sido comprendidas como tragedias individuales (Oliver, 1983, Barnes 1998), asentadas en particularidades corporales y funcionales. Desde los estudios críticos se develan los modos singulares en los que se producen los criterios de normalización y medicalización de la vida social (Hunt, 1966, Foucault, 2011) En ese marco, analizamos las trayectorias vitales de jóvenes y adultos en situación de discapacidad en relación a las experiencias laborales, asistenciales y de salud en el Gran La Plata durante la (pos) pandemia, prestando especial atención a las diferencias de género (Morris, 1991 y Scott, 1993) y generacionales (Danel, 2020; Skliar, 2009, Vommaro, 2017). La discapacidad en tanto categoría social describe múltiples experiencias vitales en relación permanente con la producción social de la normalidad como configuradora de prácticas, conceptos y modos de subjetivación. En ese sentido, siguiendo a Jackson, 2014, Teriggi, 2008 y Elder 1998, las historias de vida que se ligan a los cursos vitales, son intersubjetivas, relacionales y situadas. El lugar de la enunciación de las trayectorias posibilita a los agentes sociales construir la realidad, apropiarse de la misma y entramarse en la disputa de significados sobre los sentidos (Ripamonti, 2017) “
La narración es una acción interpretativa así como el producto de dicha acción” (2017:95).En las situaciones de discapacidad, recuperar el lugar de la enunciación, narrar la propia historia viene siendo una búsqueda desde los estudios críticos en discapacidad en su intersección con los feminismos (Castelli Rodríguez, 2020, Ferrari, 2020 y Morris, 1991). En ese sentido, interesa identificar estudios anteriores, tales como la conocida etnografía
Venus on wheels de Gayla Frank (2000), en la que se relata la vida de Diane DeVries. Y el clásico texto de Morris, quien interpela desde los estudios sociales en discapacidad las marcas del patriarcado. Schewe y Vain, 2021 se preguntan quién narra al sujeto de la discapacidad, reconociendo las interacciones que se producen en el narrar, escuchar y comprender. (Passeggi, 2015; Danel y Favero, 2021). Por ello, la investigación propone la generación de instancias de diálogo, de entrevistas individuales y grupales tendientes a conocer los modos de configuración de la vida cotidiana de personas jóvenes y adultas en situación de discapacidad vinculados a las formas de uso del tiempo y el espacio en la intersección edad y género. Esto pensado en un habitar las tensiones entre “visibilizar las voces que fueron silenciadas pero con la necesaria vigilancia epistemológica, metodológica y política para sostener que no somos los que investigamos, quienes habilitamos a los otros a producir sus discursos” (Schewe y Vain, 2021: 292). En ese marco, proponemos comprender las narrativas de personas en situación de discapacidad, en relación a sus trayectorias, interacciones sociales, las organizaciones e instituciones por las que transitan. Reconocemos que las características de fragmentación y heterogeneidad de los sistemas sanitarios en nuestro país (Ramacciotti, 2021, Acuña y Chudnovsky, 2002) inciden en la producción de obstáculos a la atención de salud de las personas en situación de discapacidad (OMS, 2011 y Danel, 2019), al mismo tiempo identificamos cómo las políticas de empleo (Danel y Blogna,
2021 y Mareño, 2017) y las prestaciones de seguridad social resultan insuficientes e inaccesibles (Mareño, et al, 2020 y Venturiello, et.al, 2021). Por ello, interesa dar cuenta de las
rutas críticas en los accesos al empleo, a las prestaciones de sistemas de seguridad social y a la atención en salud. Apoyándonos en los aportes de Barnes (2010) señalamos que nuestras formaciones sociales llevan adelante procesos de
discapacitación que son profundizados por el avance de la precariedad (Lorey, 2016) como forma de gobierno en el neoliberalismo del siglo XXI (Campana, 2020). La posibilidad de conocer los modos de configuración de la vida cotidiana de personas jóvenes y adultas en situación de discapacidad nos permitirá identificar las maneras en que se producen los accesos a las respuestas institucionales. En relación a la noción de accesibilidad (Wagner, 2013), densidad institucional (Arias, 2021) e intervenciones sociales (Velurtas, et.al, 2021). Para la comprensión de estos tránsitos vitales, intersecciones y encuentros/desencuentros resultará oportuno observar cuestiones intersectadas (Pineda Luque, et al, 2018 y Danel, et al, 2021 a y b) de géneros (Scott, 1993), desigualdades (Reygadas, 2004), generaciones e institucionalidades, enlazado a los procesos de normalización de las juventudes (Vommaro, 2017) y las vidas adultas. Las desigualdades moldean las formas que asumen las realidades de personas en situación de discapacidad por lo que interesa tensar las ideas de derechos y las temporalidades (Bianchi, et al, 2019) que se ponen en juego. Se propone un trabajo asociado a las narrativas de personas en situación de discapacidad en tanto protagonistas ineludibles de procesos institucionales. Instituciones que han trazado marcas de opresión sobre sus cuerpos (Goffman, 1972) y modos de construir subjetividad, y al mismo tiempo operan como soportes (Martuccelli, 2007) de sus experiencias de acceso y goce de derechos (Di Leo, et al, 2013).