Resumen:
Formarse como profesional de lo social en uno de los países con mayores indicadores de desigualdad y exclusión de la región, expresado en un índice de Gini de 0,544 para el 2020 según el DANE, y la presencia de la pobreza monetaria en el 42,5 % de la población según esa misma entidad en el 2021, requiere en los profesionales del campo social, todo un repertorio de saberes y prácticas interculturales para asumir alternativas a estos fenómenos, a fin de comprender, cuestionar y transformar la realidad, asumiendo como horizonte de sentido, la justicia social. En este sentido, la presente ponencia retoma los hallazgos de la tesis doctoral, se requiere develar los discursos de interculturalidad y construcción de paz de los integrantes de dos comunidades educativas de Trabajo Social en la ciudad de Bogotá, a fin de afianzar una cultura de paz desde la promoción de la alteridad, la diversidad, y el goce del bienestar para todas y todos, posible esta cultura a través de procesos educativos que conciban al sujeto como transformador de las condiciones inmateriales y materiales de su propia vida y de la vida social, especialmente, la re significación de la vida como valor supremo, la vida del otro y la vida con los otros. Concerniente a la relación interculturalidad y construcción de paz, desde diferentes instancias y ámbitos como lo es la UNESCO, se ha identificado una preocupación por generar conocimientos en torno al tema de cultura de paz, articulados al campo de la educación, a fin de consolidar nuevas ciudadanías que aporten a la trasformación de prácticas cotidianas. En este orden de ideas, la ponencia responde a la pregunta:
¿Cuáles son los discursos educativos sobre interculturalidad que desde la construcción de paz emergen en la formación de profesionales de Trabajo Social, de la ciudad de Bogotá?, justificado en reconocer que la paz es mucho más que la ausencia de conflictos, y que la formación cruza elementos de construcción intercultural
como finalidad para la transformación de la sociedad. El diseño metodológico de la investigación que da origen a la ponencia, parte de la perspectiva cualitativa según Sampieri (2010), a la luz del enfoque crítico social enunciado por Vasco (1990), y el método análisis crítico del discurso desde la perspectiva sociolingüística de Van Dijk (2011). Esta propuesta metodológica se llevó a cabo a partir de la conjugación de varias técnicas de investigación social, entre las cuales están 10 entrevistas dialógicas en profundidad a docentes, 4 grupos de discusión con estudiantes, la investigación documental de 124 textos, y tres observaciones no participantes. Se vincula a este ejercicio, la etnografía doblemente reflexiva de Dietz (2011), como método de análisis de la información, desde el rol de la investigadora como parte de una de las unidades de trabajo. Como hallazgos se esbozan:
1. Discursos institucionales y educativos desde la tensión colonial entre elementos oficiales e informales, debates respecto a la diversidad y paz desde lecturas pluriétnicas, subjetivas y de trayectoria vital; la comprensión de la interculturalidad desde dimensiones culturales, crítica-subalterna y político-pedagógicas, el desafío ante la subordinación de lo femenino en las Ciencias Sociales.
2. Discursos formativos y pedagógicos en torno al sentido de la formación, las pedagogías del encuentro desde didácticas experienciales y personales de la horizontalidad y la emocionalidad, y el reconocimiento de la alteridad; y prácticas educativas donde el currículo es una construcción social que pasa por perspectivas críticas, humanizantes y de análisis de contexto. 3.
Discursos de interculturalidad y construcción de paz a la luz de la paz como proceso- ideal y práctica, compromiso político- ético y profesional, la educación para la paz como tensión para el abordaje de la diferencia en el aula, y la presencia de las didácticas de paz como análisis de coyuntura, desnaturalización de la violencia y resignificación histórica del conflicto. A partir de los discursos analizados, se consolidan una serie de
constructos epistemológicos, formativos, pedagógicos y curriculares, entre los cuales se destacan: Cuestionar ego cartesiano-occidental, la lógica burocrática y la exotización de lo alternativo, debatir el estatus que se atribuye a la investigación y la intervención, leer de forma crítica y compleja la diversidad, y el lugar que le atribuimos al saber y experiencia del otro/a, integrar otras epistemes que movilizan lugares alternativos al contemplar el vínculo entre ser y saber en la formación profesional,, gestar escenarios de aprendizaje que retomen la trayectoria vital del desde las pedagogías de la alteridad y humanizantes, reconocer la interculturalidad crítica como proyecto ético y político transversal en perspectiva de construcción de paz, y promover la inclusión de saberes decoloniales, autores subalternos, trascendiendo la arquitectura blanquecina que caracteriza los currículos acumulativos, vertical y fragmentados. Entre las conclusiones del proceso, se devela la existencia de discursos educativos resistentes, incluyentes y alternativos por parte de docentes y estudiantes en el currículo oculto que trasciende las lógicas coloniales de la Académica, avanzando en la formación de subjetividades profesionales críticas y la deconstrucción relacional. Es de resaltar como fundamento disciplinar del Trabajo Social la diversidad desde la interacción, el diálogo y el reconocimiento que propone la interculturalidad crítica, necesaria en las prácticas educativas como vivencia, y el trabajo con comunidades subalternizadas. El saber y práctica docente enmarcado desde la interculturalidad, se caracteriza por vincular la trayectoria personal y profesional, en donde se promueven pedagogías humanistas, pedagogías críticas que confrontan la historia y el contexto desde aulas abiertas. Se realiza un llamado a descolonizar y despatriarcalizar la formación para reconocer desde otro lugar la diversidad y el conflicto, problematizar la naturalización de las violencias, abogar por el tejido emoción-razón, y construir iniciativas y acciones participativas desde la cultura de paz, como una discusión histórica perentoria en nuestro país, donde Trabajo Social ha hecho parte de apuestas de construcción pacífica de relaciones desde una reflexión y conciencia histórica y política, enfrentando estigmas producto de la persecución a la libertad, la protesta, y lucha por los DDHH.