Resumen:
La formación de las escuelas de trabajo social está orientadas hacia el desempeño profesional. Ello supone estudiantes dispuestos a ser protagonistas de sus procesos de aprendizaje, fortaleciendo las habilidades cognitivas y meta-reflexivas, la capacidad de actuación, conocimiento y regulación de los aspectos afectivos, motivacionales y éticos (Arias y Lombillo, 2019; Concha-Toro et al., 2020).Las investigaciones indican que los diversos tipos de acompañamiento docente son importantes para los aprendizajes preprofesionales y desarrollo de competencias en contextos de práctica profesional en la educación superior (Anabalón et al., 2021; Concha et al., 2020; Canales, 2010; Lobato y Guerra, 2016; Mele, 2017; Puig-Cruells, 2020).Para el caso de las tutorías académicas, este tipo de acompañamiento es diferente a otras formas de enseñanza universitarias más tradicionales, porque es entendida como una acción y espacio formativo de seguimiento, orientación, acompañamiento y asesoramiento académico-metodológico de los estudiantes en el proceso de aprendizaje de carácter permanente, que propicia el aprendizaje autogestionado (Anabalón et al., 2021; Canales, 2010; Lobato y Guerra, 2016). Por ende, se requiere de cualidades y habilidades específicas del docente-tutor que lleve a cabo este proceso (Guerra-Martín y Borrallo-Riego, 2018).Por lo anteriormente expuesto, es fundamental evaluar si las características de estos formadores son factores relevantes para la disposición de los estudiantes a apropiarse de los contenidos de esta actividad curricular. En este sentido, es especialmente importante evaluar si las características percibidas de los docentes son un factor que incide en la motivación por el aprendizaje (Bandura, 2012; Muñoz y Valenzuela, 2014) y el compromiso académico conductual (Aspeé et al., 2019), ya que los estudiantes comprometidos y motivados por aprender suelen ser más persistentes, autorregulados y con mejor rendimiento académico (Alrashidi et al., 2016).La tutoría académica tiene su inicio en el siglo XX, brindando mayor autonomía al estudiante en la toma de decisiones y en su propio aprendizaje, transformándolo en un aprendizaje profundo y, a su vez, generándole un mayor grado de responsabilidad y bienestar (Biggs, 1987, 1993; Biggs y Tang, 2007; Fasce, 2007; Ortega-Díaz y Hernández-Péres, 2015).Es en este espacio donde coexisten el estudiante y docente-tutor, que según Martínez (2016) es un académico de la carrera que participa en el seguimiento y evaluación del proceso formativo. Además “está capacitado para identificar la problemática de índole académica, psicológica, de salud, socioeconómica y familiar de alumno” (p. 9).El docente-tutor cumple un rol de orientador, con énfasis en el desarrollo de la reflexión estudiantil, y el rol de evaluador usando juicios sobre el desempeño de cada uno (Ruffinelli et al., 2020).Referente a las cualidades personales, debe poseer características de empatía, responsabilidad y compromiso con la formación. Para las cualidades disciplinares, es necesario que tenga conocimientos en su campo de intervención, pero además en psicología, pedagogía y filosofía. Y referente a las habilidades técnicas debe poseer conocimiento en gestión administrativa y procedimientos básicos realizados por los estudiantes.El interés porque los tutores cuenten con experiencia en estas prácticas, conocimientos de la labor tutorial y capacidad para llevarlas a cabo (Rubio y Martínez, 2012). Todas las características y atributos del docente-tutor, según la ANUIES (2019), deben estar asociados a una persona que cuente con un extenso conocimiento de la filosofía educativa y curricular del área disciplinar.Es por lo anteriormente mencionado, que no se sabe cómo estas características del docente-tutor influyen en el compromiso académico conductual y motivación de los estudiantes. Esta vinculación es escasamente abordada en investigaciones en ciencias sociales, y menos aún en trabajo social (Anabalón et al., 2021; Venegas-Ramos y Gairín, 2019). Hay investigación respecto de las prácticas profesionales pero no sobre las tutorías académicas., viéndose estas últimas desproblematizadas en su especificidad. Esto es complejo, al ser las tutorías una forma de acompañamiento utilizada más comunes en las carreras de trabajo social, descuidándose una dimensión relevante en la formación de estos profesionales.Esta investigación fue abordada desde el paradigma naturalista interpretativo y el enfoque del construccionismo social desde los planteamientos de Berger y Luckmann (2001), permitiendo reconocer la realidad como un proceso de construcción humana mediante las relaciones entre los diversos agentes educativos. El diseño utilizada fue el método mixto, con estatus dominante y de orden secuencial CUAL → cuan (Johnson y Onwuegbuzie, 2004).Participaron 206 estudiantes de las carreras de Trabajo Social, que se encontraban realizando prácticas profesionales (inicial, intermedia y final), durante los años 2019 y 2020. La muestra fue no probabilística intencional.Las variables del estudio fueron, características percibidas del docente-tutor, compromiso académico conductual (Aspeé et al., 2019) y motivación por los aprendizajes (Bandura, 2012; Muñoz y Valenzuela, 2014). El instrumento se denominó Características percibidas del docente-tutor, el cual fue auto aplicado.En relación a los resultados, se realizó la tabulación de las 206 encuestas en el programa estadístico SPSS (versión 19), se aplicaron pruebas de asimetría y curtosis y se calcularon puntajes z, para verificar la distribución normal de los datos.Luego, se realizaron análisis descriptivos como media y desviación estándar de las características del docente-tutor ordenadas por valor. Posteriormente, se efectuó una prueba T para muestras relacionadas, organizadas desde el valor más alto. En un segundo y último momento, se calculó desviación estándar para saber cuáles de estos rasgos son más homogéneos y realizar gráfico de frecuencia para ver cómo se conforma estas características a partir de grupos o subgrupos.Para concluir, las características percibidas de los docentes-tutores que presentaron las medias más altas, están asociadas a atributos socioemocionales tales como: seguridad, determinación, disposición al acompañamiento, responsabilidad, empatía y cercanía.La percepción que los estudiantes tienen sobre las características de su docente-tutor, incide de manera mínima en el compromiso académico conductual. Por otra parte, la motivación por los aprendizajes posee un efecto significativo en la medida, relevancia, disfrute y tiempo invertido que el estudiante asigna al acompañamiento denominado tutoría académica.