Resumen:

La ponencia se desarrollará sobre la base de seis ejes de discusión que buscan problematizar el desarrollo de la pandemia en el contexto del desarrollo capitalista, sus principales expresiones, y las políticas que se utilizaron para enfrentarla en la región latinoamericana, para finalmente destacar tendencias de la intervención profesional, y proyecciones para el desarrollo societal. ¿Reflexionar sobre la pandemia desde el Trabajo Social?Los fenómenos sociales hay que analizarlos desde múltiples aristas y no limitarse a la inmediatez de los mismos, situación que fue el común denominador. En el caso de la pandemia generada por el virus SARS-CoV-2, hay que tomar en cuenta una serie de aristas entre las que hay que barajar su naturaleza biológica, los modos de producción, las contradicciones de la sociedad capitalista, la cuestión social, la política pública y social, la justicia y la equidad; escenarios en los que el Trabajo Social se ha desarrollado históricamente, y en los que en la coyuntura de pandemia, tuvo destacada participación. Antecedentes que anunciaban la pandemiaDesde hace varias décadas, la ciencia plantea cinco escenarios de extinción, a saber: el choque de un meteorito, la erupción de mega volcanes, una crisis ambiental, un pulso electromagnético del sol, y un virus que tenga la capacidad de acabar con la vida de miles de millones de seres humanos en un plazo muy corto.Desde una perspectiva geoestratégica, varias potencias mundiales se han venido preparando para esos escenarios, pero todo indica que con el SARS-CoV-2 fueron simple y sencillamente superadas, olvidando incluso las múltiples pandemias que ha enfrentado la humanidad (la peste negra, la gripe española, el SIDA, y las pandemias de 1957 y 1968. La pandemia y la consecuente crisis económica asociada, fue antecedida por las crisis de 1929, la de 1973 y la del año 2008. ¿Qué expresiones tiene la pandemia en el marco del desarrollo capitalista?La diversidad biología se conjugó con una serie de prácticas humanas que potenciaron la letalidad del virus, mismo que no respetó modelos productivos, o condiciones de clase o género. La pobreza, la exclusión social y la inmigración irregular, agudizaron el riesgo de contagio y muerte.El virus le dio un zarpazo de enorme envergadura al capitalismo en sus más diversas manifestaciones, sin que se convirtiera en un golpe mortal como antecedieron cientistas sociales y filósofos. La pandemia, interpretada también como una sindemia, agudizó y magnificó las contradicciones del capitalismo, y más que nunca, dejó en claro los riesgos de una globalización interconectada y dependiente.El desmonte, privatización, tercerización y debilitamiento de los sistemas de bienestar social, particularmente de la salud pública, facilitaron no solo la expansión de la pandemia, sino también la cantidad de personas que murieron. ¿Caminos ensayados para remontar o superar la pandemia?Con una OMS superada por el virus y los intereses empresariales, a lo largo de casi tres años de contagio, destaca la diversidad de políticas públicas a las que se recurrió. Sin embargo, el individualismo -como práctica neoliberal-, y la opción por la buena salud de los negocios, dieron al traste con los esfuerzos por mitigar los efectos negativos de la pandemia.En ese contexto, ante la inevitable intervención del Estado, diferentes actores plantearon la vuelta del Estado, el retorno a la universalidad y la apuesta por el ser humano. No obstante, la ortodoxia neoliberal como era de esperar, apostó por menos Estado, menos derechos, más mercado. ¿Está el Trabajo Social en la primera línea de intervención?Si bien la humanidad y nuestra profesión se vieron marcadas por la pandemia, no todas las profesionales se ubicaron en la primera línea de intervención; fueron especialmente las colegas que ejercen en el sector de la salud las que establecieron esa relación; en muchos casos haciendo teletrabajo, dándole seguimiento a personas enfermas, a sus familias, a los procesos de cuarentena, o a condiciones psicosociales.Más allá de esa línea, se identifican colegas apoyando al personal médico y de enfermería ante situaciones emocionales, en Comisiones de Emergencia, y formando en la prevención, distanciamiento, cuarentena y utilización de medicamentos. ¿Hacia dónde vamos como sociedad?En los primeros meses de la pandemia varios autores esgrimieron la tesis de la desaparición de la globalización tal y como se la conoce desde los años 90; sin embargo, esa idea se fue esfumando poco a poco, y la emergencia de los movimientos sociales como gatillador de las transformaciones sociales de nuevo tomó el protagonismo. La pandemia dejó claro que hay importantes fracturas en términos de geopolítica y hegemonía, que La Unión Europea y EUA se encuentran muy debilitadas, mientras que China se fortalece como futura potencia dominante. En el contexto de la pandemia se mantuvieron las criminales sanciones contra Cuba, Venezuela o Irán, mientras la solidaridad cubana se exacerbó con cientos de médicos por el planeta; a la vez que afloraba la inequidad en la distribución de vacunas, o su sobre concentración. Si revisamos las experiencias posteriores a la pandemia del año 1918, el futuro no es muy halagador, estos últimos 100 años han sido nefastos para la humanidad y la naturaleza.

Resumen:

Analisando o contexto da economia política internacional a partir da década de 1980, Coelho (2012) afirma que a relação estadunidense com os países periféricos e semiperiféricos latinoamericanos foi de ordenação a um ajustamento estrutural, sendo o ideário neoliberal a proposta a ser seguida. O neoliberalismo é considerado por Harvey (2014) uma teoria de práticas político-econômicas que propõe que o bem-estar humano pode ser atingido através da realização das capacidades empreendedoras individuais, garantidas por direitos a propriedade privada, livres mercados e livre comércio. O papel do Estado nessa concepção seria de proporcionar e preservar uma estrutura institucional para o desenvolvimento dessas práticas, garantindo esses direitos e o funcionamento apropriado do mercado, ainda que com limitações. Isto porque, segundo a teoria, o Estado possivelmente não possui informações suficientes para entender devidamente os sinais do mercado (preços), justificando o ideário de proteção mínima. O bem-estar social é maximizado se o alcance e a frequência das transações do mercado são maximizados, enquadrando todas as ações humanas no domínio do mercado. Neste sentido, Dardot & Laval (2016) consideram o neoliberalismo não como uma doutrina mais ou menos heteróclita, mas como uma racionalidade governamental. Para os autores, ele é “precisamente o desenvolvimento da lógica do mercado como lógica normativa generalizada, desde o Estado até o mais íntimo da subjetividade” (DARDOT & LAVAL, 2016, p. 34). Isto porque a racionalidade neoliberal está profundamente arraigada nas práticas governamentais, nas políticas institucionais, nos estilos gerenciais. A economia de mercado que vai definir todas as ações governamentais, tornando-se “necessário governar para o mercado, em vez de governar por causa do mercado” (Foucault, 2008, p. 165).A instituição desse projeto na arena internacional não ocorreu de forma natural e dispersa; foi necessária uma organização composta pelas instituições dominantes na conjuntura do pós-guerra. Para a sustentação dessa nova ordem foram criadas algumas instituições, como o Fundo Monetário Internacional – FMI e o Banco Internacional para a Reconstrução e o Desenvolvimento – BIRD, reunidas em uma organização chamada Grupo Banco Mundial – GBM.Em síntese, o Banco Mundial constituiu-se como um complexo de entidades com ações voltadas ao âmbito econômico, social, intelectual e ideológico (Fontes, 2010), consolidando-se como uma agência internacional de recomendações e determinações. Criado e altamente influenciado pelas instituições estadunidenses, o Banco se sustenta sobre dois aspectos: a intermediação financeira e a intermediação simbólica (Coelho, 2012), pois possui “a condição singular de emprestador, formulador de políticas, ator social e produtor e/ou veiculador de ideias em matéria de desenvolvimento capitalista, sobre o que fazer, como fazer, quem deve fazer e para quem fazer” (PEREIRA, 2010).De lá para cá, o Banco Mundial tem produzido uma série de relatórios e documentos para os países se adequarem ao mercado financeiro global, especialmente para aqueles considerados com uma economia dependente e periférica. O Brasil não foge do foco: é possível ter acesso a uma série de relatórios disponibilizados publicamente no site do Banco Mundial que envolvem temas referentes à economia, políticas públicas de saneamento, educação, assistência social, etc. Nos últimos anos, a palavra de ordem colocada ao Brasil foi o estabelecimento de uma agenda da produtividade. E o que isso significa? Segundo o relatório, o Brasil precisa se adaptar a uma série de medidas “para que o país aumente a renda de forma duradoura e ofereça empregos melhores para os seus cidadãos” (BANCO MUNDIAL, 2018b, p.7).O crescimento da renda e do emprego dos brasileiros é colocado ao mesmo tempo como uma justificativa e preocupação de uma das principais instituições do capitalismo mundial. Ainda que em seu seio os relatórios tratem de uma série de precarizações e flexibilizações aos trabalhadores para o alcance do desenvolvimento, o Banco Mundial insiste na premissa de que essas medidas levarão o Brasil a uma prosperidade compartilhada. Isso significa que, seguindo os parâmetros orientados, o país poderá vivenciar uma redução da pobreza e aumentar a mobilidade social entre as “classes” através do maior crescimento da produtividade. Em outras palavras, a prosperidade compartilhada é traduzida como a inclusão dos mais pobres, já que teriam mais oportunidades de emprego pela política econômica adotada. Contudo, para que isso seja alcançado, é necessário também cortes de direitos sociais, trabalhistas ou no campo da seguridade social. Seria a agenda da produtividade o caminho para alcançar uma maior inclusão social? Seria uma política econômica do projeto neoliberal capaz de  proporcionar uma “sociedade mais equitativa”?Para tentar responder, ou no mínimo, refletir sobre essas questões, o material analisado é composto de dois relatórios no Banco Mundial de 2018, chamados Competências e empregos: uma agenda para a juventude: Síntese de constatações, conclusões e recomendações de políticas e o documento Emprego e crescimento: a agenda da produtividade. A pesquisa a ser realizada tem natureza qualitativa e como procedimento técnico foi executada uma análise documental. A escolha por estes relatórios é justificada por serem os mais recentes que tratam da temática e pela ausência de estudo na perspectiva aqui apresentada. Para uma abordagem reflexiva e propositiva sobre o assunto, foram utilizadas duas teorias críticas como método histórico: a analítica foucaultiana e o materialismo histórico-dialético são a mola-mestra no desvelamento das propostas neoliberais. A aproximação de Marx e Foucault nessa análise tem como pretensão uma leitura do real e as relações de poder que o permeiam, seja na constituição do sujeito e em uma nova organização da sociedade.  O objetivo deste artigo consiste em discorrer sobre a racionalidade neoliberal presente no discurso da “agenda da produtividade”, que promete ao Brasil maior competitividade para lidar com o mercado global e aumento da taxa de lucro entre as empresas, além de uma melhoria dos índices de desemprego entre os trabalhadores. O alcance dessas metas levaria a uma prosperidade compartilhada, em que todas as classes (nas palavras pretensiosas, grupos econômicos) se beneficiaram desse processo, e aos que não se adaptassem restaria as políticas compensatórias. Estaria uma das principais instituições político-econômicas do capital mundial preocupadas com a prosperidade da população brasileira? 

Resumen:

Este artigo propõe reflexões acerca das diversas artimanhas do capitalismo enquanto ataques aos direitos sociais e humanos contra a classe trabalhadora, agindo de forma invasiva na desarticulação e despolitização dos sujeitos, ganhando largo campo de manipulação e de contínuo projeto de desmontes, concomitantemente, das contribuições concretas do Serviço Social frente a esta realidade. O Serviço Social brasileiro é uma profissão de natureza interventiva, que atua na realidade e sobre a realidade de sujeitos sociais na direção do projeto societário de emancipação humana, ao qual o projeto profissional se vincula. É preciso, então, entender e conceber a dimensão desta profissão, assim como, compreender seu caráter educativo, organizativo e político que se materializa no conjunto de competências e atribuições profissionais via sua instrumentalidade na perspectiva da direção ético-política da profissão, ou seja, de um horizonte construído historicamente pelos/as trabalhadores/as da área para fomentar organização política e direção social desta profissão no processo constante de intenção de ruptura com o velho conservadorismo. O Serviço Social traz dentre seus princípios éticos fundamentais, apoiar a construção e o fortalecimento de movimentos sociais populares e como diz Sader (1988, p. 11-12) “na perspectiva da criação de um novo sujeito social e histórico”. A dimensão educativa, organizativa e política desta profissão e do trabalho profissional indicam ações coletivas contra hegemônicas por sujeitos que vivenciam as lacunas de acessos de direitos. Vivem-se tempos de divisas, e é neste terreno que o Serviço Social precisa permanentemente adentrar e buscar por uma educação voltada para a consciência coletiva de classe e ao desvendamento do real. A conjuntura se apresenta em grande escala numa tríade de sucateamento de políticas sociais, reduzindo a proteção social à pobres políticas para pobres, na naturalização e criminalização da pobreza, logo, nas condições de vida da população e, não menor que estes, em ações e atitudes levianas que desmobilizam a práxis enquanto ação pensada e refletida na direção de uma formação social capaz de criar e potencializar o protagonismo de novos sujeitos políticos coletivos combativos à violência estrutural e histórica. Desde o ano de 2016, data que marca um golpe parlamentar-institucional-midiático no Brasil que teve como resultado o impedimento político da presidenta Dilma Roussef (Partido dos Trabalhadores – PT, 2014/2016) na governabilidade nacional. Ainda mais, com a intervenção da extrema direita, intensificando de modo acirrado as desigualdades sociais e cruelmente, as expressões da questão social. Em linhas gerais, a desigualdade no Brasil sempre foi uma das mais altas do mundo, e vem numa crescente, ou seja, a extrema pobreza está em progressão nos últimos 4 anos e certamente surge enquanto reflexo da ausência de ganho real no salário mínimo, do aumento do trabalho informal, do desemprego e da subutilização no mundo trabalho. E é nesse contexto que atualmente a pobreza é vista sob a perspectiva moralista, tendo em vista que a questão social, desde o golpe, vem sendo deslocada amplamente para uma questão moral. Neste mesmo cenário, o advento da pandemia do novo coronavírus, classificado pela OMS como Covid-19 trouxe o acirramento da pobreza e, no conjunto da obra, crise sanitária, social e política no território brasileiro. A pandemia da Covid-19 provocou um choque de grandes proporções não só pela sua intensidade, como pela sua abrangência geral e as pessoas foram impactadas em diferentes estratos sociais, localidades e aspectos de suas vidas. Estrategicamente, a pandemia foi favorável para aqueles que detém o capital em detrimento das condições de vida dos pobres. Entre as tais artimanhas do capitalismo a pandemia esteve presente na justificativa deste cenário conjuntural caótico em que o Estado se exime à proteção social de seu povo, prevaricando direitos, indiferente ao desemprego, às inserções precárias ao mundo do trabalho, informalidade, aumento significativo da inflação e, concomitantemente, descaso exacerbado com a classe que vive do trabalho. O desgoverno de Jair Bolsonaro (Partido Liberal - PL, 2019-2022) foi um ponto forte no Brasil com a redução dos mínimos sociais, a exclusão dos já excluídos e com posicionamentos arbitrários e cruéis do chefe de Estado e seus ministros que orquestraram os mais diversos ataques, além do negacionismo frente a seriedade da pandemia que tirou de cena mais de 666 mil vidas pela Covid-19. Houve negação da vacina, do uso de máscaras como forma de prevenção e do necessário distanciamento social, pois, ao contrário disso, incitou na população essas falsas ideias e fake news que só alimentaram desencontros de informações e recomendações produzidas pela OMS e pela ciência, aliás, ambas negadas e ignoradas pelo governo brasileiro como se fosse um caminho favorável ao extermínio de pobres (que representam a maioria populacional do país e representam os dados finais das vítimas fatais da Covid-19). Não é só efeito da pandemia o porquê da existência de 19 milhões de brasileiros passando fome e contrariando o que preconiza a Constituição Federal de 1988 quando coloca que a alimentação é um direito social do/a brasileiro/a, ou seja, dentre os problemas concretos da (in)segurança alimentar à de se refletir que não há sistema imune que resista, logo, a vulnerabilidade da própria vida, são expressões da desigualdade , constitutiva do modo de produção capitalista. O alastramento da fome no Brasil é reflexo também do fim e/ou esvaziamento de programas de incentivo voltados para a agricultura familiar de combate à fome e de cobertura nos valores do Programa Bolsa Família (sucateado e depois extinto pelo atual governo de Bolsonaro no final de 2021). Governo este que despertou no povo brasileiro os piores sentimentos e ousadias de posicionamentos que expressam com naturalidade o racismo, o sexismo, a lgbtfobia, a xenofobia, as agressões aos direitos humanos e indiferença pela desigualdade social, reafirmando um pensamento pós-moderno e o não reconhecimento de classe da população, fragilizando conforme pontuado anteriormente, qualquer possibilidade de resistência, de luta por dignidade, justiça social e defesa intransigente dos Direitos Humanos.

Resumen:

É correta a afirmação de Vilargada (2021) de que "um perigoso nível de politização das Forças Armadas foi alcançado". Todavia, esta politização não se inicia no governo Bolsonaro, ainda que tenha aí adquirido o mais alto nível de simbiose com a estrutura pública estatal. Ao contrário, a relação entre o poder público e as Forças Armadas precede, em muito, os dias atuais. A sua origem está na formação do Estado moderno brasileiro, o qual se constitui enquanto um "poder auto-intitulado de classe", de natureza fundamentalmente autocrática e à margem de qualquer horizonte de pacto social (FERNANDES, 1976). Logo, o caráter particularista da burguesia brasileira e a negação aos trabalhadores do usufruto de um  patrimônio público comum conduziu, historicamente, a um padrão autoritário de dominação de classe, cujo "braço armado" assume não uma intervenção episódica, mas permanente. Nos reportamos à "ideologia militarista" própria à formação social brasileira, na qual lemas como "ordem & progresso, segurança & desenvolvimento e militarismo constituem-se numa poderosa argamassa do Estado autoritário - civil, militar, corporativo, fascista - que as classes dominantes impõem ao povo, a operários, camponeses, empregados, funcionários e outros assalariados" (IANNI, 1985 p.26). Longe da revisão da Lei da Anistia ou de qualquer reparação histórica, as Forças Armadas chegam à segunda década do século XXI sem julgar os seus crimes e torturadores e o fazem na condição de uma instituição ilibada. O Relatório ICJ Brasil (Índice de Confiança na Justiça), pesquisa promovida pela Fundação Getúlio Vargas (FGV), revela serem as Forças Armadas a instituição de maior credibilidade no país, com indicadores positivos que superam abruptamente os do Congresso, do Governo Federal, do Poder Judiciário e do Ministério Público. Nos surpreende que nem mesmo os recentes escândalos envolvendo membros das Forças Armadas - altos salários, incapacidade administrativa na gestão do Estado e corrupção - foram capazes de abalar a confiabilidade popular depositada. O que pode ser verificado nos dados de aprovação mantidos relativamente intactos: 2013 (66%); 2014 (68%); 2015 (61%); 2016 (59%); 2017 (56%); 2021 (63%). Índices que evidenciam a preservação da velha tese, incutida socialmente, acerca da "democracia imatura" e da "sociedade civil incapaz" que exige a tutela militar como fonte de progresso e coesão social.Para tanto, partimos de duas hipóteses neste trabalho. A primeira é que tanto no período contemporâneo, como ontem (no regime civil-militar de 1964) o papel desempenhado pelos militares possui uma mesma natureza material: o de força auxiliar à consolidação de um padrão de acumulação do capital, em sentido contrário às necessidades dos trabalhadores. Para além dos interesses particularistas dos membros desta corporação, o que vislumbramos hoje é uma "blindagem fardada" da rígida política de austeridade fiscal. Isto é, as Forças Armadas configuram-se como um instrumento político-institucional estratégico para auto-legitimação de governos de medidas econômicas impopulares. Assim o foi a partir do governo Temer e, agora, de modo ainda mais simbiótico e aprofundado na gestão Bolsonaro. Na segunda hipótese, estritamente relacionada à primeira, avalia-se que os militares, diferente de antes, estão menos dispostos em retornar para a caserna. Os supersalários, os mais intensos privilégios e a autoridade institucional adquirida pelo alto escalão das Forças Armadas os faz desejosos de manter-se na atual (e confortável) posição - a da casta mais bem remunerada dos Três Poderes do Estado brasileiro. Digamos que o Estado tornou-se um "território militar ocupado".Com o objetivo de proceder a um registro historiográfico da simbiótica relação desenvolvida entre os militares e o governo Bolsonaro, este texto está dividido em três momentos: 1. A presença massiva de militares em cargos, ministérios, secretarias e direção das empresas estatais e os respectivos ganhos e privilégios materiais que daí decorrem. 2. A investida jurídica de Bolsonaro e aliados em alçar as Forças Armadas à condição de um quarto poder ou "Poder Moderador", com fins a viabilizar a tão sonhada "intervenção militar constitucional". Iniciativa que envolveu a reinterpretação da Constituição Federal, ameaças a membros do Supremo Tribunal Federal e a intensificação das manifestações antidemocráticas no país com o apoio da cúpula do exército. 3. Por fim, mas não menos importante, o que qualificamos como o "prelúdio do golpe": o protagonismo de generais militares em ações inconstitucionais que põem em risco o Supremo Tribunal Eleitoral e a segurança das eleições de 2022.

Resumen:

O presente trabalho busca investigar como o atual processo de fascistização do Estado Brasileiro serviu de cenário para o avanço das estratégias ultraliberais que, ao longo do período do governo Bolsonaro, intensificaram o processo de destruição dos direitos da classe trabalhadora no Brasil a partir do aprofundamento de um conjunto de contrarreformas.O atual estágio amplamente destrutivo do capitalismo e de crise econômica mundial se expressa de maneira drástica na atual conjuntura brasileira, com a ascensão de um governo que, para atender aos anseios do grande capital, se vale da desorganização, do caos e do incremento das diferentes formas de violência. Sob as marcas do capitalismo dependente e alimentada pela manutenção de elementos oligárquicos, autárquicos e senhoriais em sua conformação, a democracia que se construiu de forma superficial em nosso terreno abriu portas para a formatação, no cenário atual, de um processo de fascistização do Estado e da sociedade brasileira. Vivemos hoje um novo espectro da democracia burguesa, onde os patamares de “vulgarização” se salientam em maiores proporções por meio do governo comandado por Jair Bolsonaro. Ao pensarmos a escalada autocrática aprofundada após o golpe de 2016 no Brasil e a elevação a um novo patamar do processo de criminalização dos movimentos sociais e populares, percebemos que a extrema–direita consegue assumir o Planalto nas eleições de 2018 para aplicar o programa ultraliberal com Bolsonaro e Paulo Guedes, sob a vestimenta do fundamentalismo religioso cristão, uma pauta sócio– cultural–educacional moralista, com a disseminação de práticas punitivistas, de ataques aos direitos humanos, de discursos racistas, machistas, misóginos e lgbtfóbicos; e se valendo de uma forte manipulação da informação e de um culto ao negacionismo histórico e ao desprezo a qualquer pensamento científico e progressista.A violência, o preconceito, a desumanização, a manipulação das informações, o obscurantismo dos valores, a deslegitimação da ciência, a inibição da liberdade e o fomento à desarticulação da classe trabalhadora são elementos que são combinados com um ultraliberalismo na economia e uma ideologia política de cunho fascista (fermentada pela rejeição das instituições democráticas, pelo discurso anticomunista e pseudonacionalista radical).Esse período de reordenamento do Estado Brasileiro se apresenta com claros traços de fascistização. Através de Emendas Constitucionais, Medidas Provisórias, Decretos, leis e outros subterfúgios administrativos, aprofunda-se a reconfiguração do formato constitucional e institucional do Executivo que se molda através de um aparelhamento do conjunto do Estado, resolvendo os problemas nacionais através da violência política, “onde os órgãos de controle, de informação, de repressão e de violência estatal estão submetidos à retomada das práticas de mando ditatoriais”. Nesse sentido, as medidas bolsonaristas tem como características o ataque à Seguridade Social; à Constituição das Leis Trabalhistas (de um modo geral, haja vista que há um desmonte tanto nos direitos trabalhistas quanto no mundo do trabalho formal e na representação sindical); o incentivo à Liberdade Econômica e o desmonte da Educação pública. Por outro lado, é perceptível uma retomada da inserção dos militares em todas as instâncias do governo, uma absurda abertura do mercado e propostas baseadas na violência, como a intensificação da utilização das Forças Armadas como meio de garantir a “Lei e a Ordem” nos espaços públicos, e o armamento da população civil. Considerando estes elementos, o objetivo desse trabalho é fazer uma reflexão sobre como algumas características do período fascista que se consolidou nas primeiras décadas do século XX nos possibilitam a pensar a construção da atual política brasileira e dos caminhos tomados para o agressivo ataque aos direitos dos diferentes extratos da classe trabalhadora. A partir da perspectiva do método do materialismo histórico, as reflexões aqui apresentadas são parte dos resultados obtidos com a pesquisa “Revolução burguesa, ‘democracia vulgar’ e lutas sociais no Brasil”. Este trabalho, de caráter exploratório e com abordagem qualitativa, teve o processo de análise de dados realizado através da revisão bibliográfica e análise documental, em produções voltadas para o tema do Estado, da formação social Brasileira, do fascismo, e dos processos políticos contemporâneos. Realizou-se uma revisão bibliográfica sobre o fascismo em suas experiências “clássicas”, elaborando chaves de análises que tornassem possível compreender as mediações históricas sob as quais ele vem se reconstruindo no atual cenário político brasileiro e como passa a servir de subsídio para o avanço das estratégias ultraliberais. Atrelado a isso, como forma de analisar alguns elementos dessa reconfiguração constitucional e institucional do Executivo que se aprofunda durante o governo Bolsonaro, realizou-se uma busca no Portal da Legislação para identificar as principais propostas construídas pelo atual governo brasileiro que causaram impacto direto na vida da classe trabalhadora, onde efetivamos a análise documental de 93 Medidas Provisórias, dos 1107 Decretos, dos 48 Projetos de Leis e das 5 Propostas de Emenda à Constituição.Desta forma, concordamos com as análises de que, na conjuntura política atual do Brasil, apesar de termos uma ideologia fascista e um movimento fascista (os quais atentam contra a democracia burguesa dentro dos limites postos pela correlação política de forças existente); e apesar de termos também um governo no qual os fascistas disputam a hegemonia com um grupo militar que ainda é apegado a um autoritarismo mais predisposto a outro tipo de ditadura, ainda não temos um regime político fascista – o que temos é uma democracia burguesa deteriorada e em crise que, a depender da dinâmica da conjuntura, pode chegar à instauração de uma ditadura de tipo fascista no Brasil

Resumen:

            A crise capitalista de 2008, considerada uma das mais graves do sistema capitalista desde a crise de 1929, aliada à ascensão da extrema direita nas várias regiões do globo – desde os países centrais à periferia do capitalismo, exigiu a radicalização das políticas neoliberais em favor dos interesses das frações hegemônicas do capital rentista e a destruição das conquistas civilizatórias do século XX, expressas nos regimes liberais democráticos,  no Estado de Bem-estar Social, nos  direitos sociais e  na participação das organizações da classe trabalhadora na mediação da regulação estatal sobre o conflito capital trabalho. Nesse contexto, as alternativas apresentadas pelos representantes do capital ao enfrentamento à sua crise têm sido o aprofundamento das políticas neoliberais, com as políticas de austeridade fiscal, que ampliam o desemprego estrutural, as desigualdades, a pobreza e a concentração de renda e riqueza; a destruição da política, enquanto espaço de mediação de conflitos, da democracia e dos direitos (BEHRING; CISLAGHI; SOUZA, 2020, p. 48-161; MIGUEL, 2021). Esse processo de aceleração e aprofundamento dos pressupostos do neoliberalismo, denominado por alguns autores de ultraneoliberalismo, tem levado ao fortalecimento de posições ultraconservadoras e antidemocráticas (MIGUEL, 2021) com a apologia à violência, a defesa do irracionalismo, a disseminação de ressentimentos e ódios contra grupos minoritários; a perseguição aos militantes e às ideias da esquerda, a imigrantes e aos direitos humanos e à defesa do estado mínimo. Como bem analisa Carapana (2018, p. 36), “se o neoliberalismo desmontou o Estado de Bem-estar, a nova direita quer atacar o Estado como ente que garante direitos civis e humanos” na “nova ordem” instituída pelo pós-neoliberalismo, a questão não é mais o ataque aos direitos sociais e ao Estado de Bem-estar social resultantes do pacto keynesiano do pós-guerra, mas a destruição dos direitos e das liberdades civis, núcleos centrais das conquistas liberais dos séculos XVIII na Europa.  Para Dardot e Laval (2019, s/p), no atual contexto, mais do que o aprofundamento das políticas neoliberais, que eles definem como “novo neoliberalismo”, a novidade apresentada pelo capitalismo em sua fase atual, está no “questionamento político cada vez mais aberto e radical dos princípios e das formas da democracia liberal”, uma vez que o “neoliberalismo já não precisa mais de sua imagem liberal ou democrática”. Ao analisar a dinâmica das lutas de classe no contexto de hegemonia das políticas neoliberais, portanto, de crise do Estado de Bem-estar social, Demier (2017) mostra como as democracias liberais foram criando regimes políticos “cada vez mais fechados a qualquer tipo de demanda minimamente reformista, proveniente dos segmentos subalternos da sociedade”, dando origem a um novo regime político que ele como “democracia blindada”. Segundo Demier (2017, p. 35), o novo tipo de regime político instituído pelo capitalismo a partir dos anos 1980 para enfrentar a sua crise, levou ao fim das “democracias welfarianas”, nas quais os movimentos sociais conseguiam pressionar as instâncias institucionais do regime pela implementação de suas reivindicações reformistas. Dentre as consequências da ascensão da extrema direita ao poder, Miguel (2021) aponta a crise da democracia, com o crescimento de discursos fundamentalistas; o enfraquecimento do debate público; o prestígio de posições que se apresentam como antipolítica e o desrespeito às instituições de controle do exercício da autoridade política, denunciadas como obstáculos à tarefa de regeneração moral que os novos governantes desejariam levar a cabo. É essa realidade que levará às manifestações massivas de movimentos sociais nos diversos continentes em 2013. Suas formas de manifestação e expressão, bem como suas reivindicações e agendas variam segundo as particularidades socioeconômicas e político-culturais de cada país, e embora haja divergências quanto ao conteúdo, à natureza e ao potencial desses movimentos, autores de diferentes correntes teóricas concordam que os efeitos da crise capitalista foram as causas das manifestações. São lutas pela democracia, contra os regimes autoritários; contra o patriarcado, o racismo e o sexismo e o capitalismo, cujos desafios consistem em articular a construção de uma agenda suficientemente ampla para enfrentar as forças destrutivas do capitalismo e do fundamentalismo. Zizek (2013, p. 103-105), chama a atenção para a necessidade de evitar o essencialismo na análise desses movimentos. Para ele “não existe um único objetivo real perseguido pelos manifestantes, “os protestos e revoltas são sustentados pela sobreposição de diferentes níveis, e é esta combinação de propostas  que representa sua força: eles lutam pela democracia, contra regimes autoritários; contra o racismo e o sexismo, contra o ódio dirigido a imigrantes e refugiados; pelo Estado de Bem-estar social; contra o neoliberalismo; contra a corrupção na política e na economia; questionam o sistema capitalista mundial como. As interpretações sobre o que são e qual o potencial desses movimentos, segundo o Zizek, é um processo em disputa, no entanto chama a atenção para a necessidade de evitar duas armadilhas na análise dos movimentos sociais: 1) o falso radicalismo, a ideia de que o que importa é a abolição do capitalismo, as outras lutas são secundárias); 2) e o falso gradualismo, primeiro a luta por direitos e depois a luta pelo socialismo. Partindo do pressuposto de que nem toda luta por direitos está inscrita e aprisionada no horizonte burguês, o artigo analisa, a partir de pesquisa bibliográfica,  as lutas dos movimentos sociais no contexto das políticas de austeridade adotadas  após a crise de 2008, concluindo  que enquanto sujeitos coletivos que se opõem à lógica da exploração e da opressão, os movimentos sociais constituem forças sócio-políticas imprescindíveis para o enfrentamento à desconstrução dos valores libertários e dos retrocessos civilizatórios em direção a uma nova ordem societária, baseada na solidariedade e na emancipação humana.

Resumen:

O presente trabalho possui como ponto axial a discussão acerca das políticas sociais, Serviço Social e a “questão social”, têm como objetivo apresentar e analisar brevemente a histórica inserção dos eixos supracitados no Brasil, sendo assim dedicando-se de forma mais detalhada ao cenário hodierno e ao debate acerca das temáticas, o qual nos levará decursivamente a alcançar a elucidação das questões abordadas de maneira  dialética. Desde já, o intuito do artigo não é de esgotar a temática e realizar uma inquirição, e sim de contribuir para um debate crítico articulando as políticas sociais, o serviço social e o posicionamento do Estado neoliberal frente as demandas suscitadas pelo processo de produção e reprodução do capital, tal processo são denominadas expressões da “questão social”. Desse modo, a pesquisa será composta pela revisão bibliográfica que possibilitará um amplo alcance de informações, além de permitir a utilização de dados dispersos em inúmeras publicações, auxiliando na construção ou na melhor definição do quadro conceitual que envolverá o os objetos do estudo proposto (GIL, 1994). Destarte analisar a produção de autores de serviço social e demais autores que fazem parte da discussão é de extrema relevância para enriquecer o trabalho aqui apresentado, assim, o resultado da pesquisa traz breves análises do exercício profissional  das(os) assistentes sociais diante das políticas sociais e como elas se constituem e se mantêm na conjuntura adversa do atual governo brasileiro, concomitantemente como o Estado têm se portado perante a seguridade social, que desde outrora como bem sabido, utilizam as políticas sociais para assegurar a reprodução do capitalismo, haja visto que o Estado social se por um lado tem a necessidade de garantir a seguridade social (que não se configura tão somente como uma demanda do sistema, mas sim de reinvindicações e lutas das classes subalternas), mesmo que a minimizando ao máximo, por outro lado ele necessita manter-se as exigências do capital, para que dessa maneira, os trabalhadores possam vender sua mão de obra “livremente”, com o intuito de que os mesmos se tornem paulatinamente mais alienados no processo de reificação pela lógica mercadológica de reprodução social dos sujeitos, no qual há um assujeitamento típico do sistema de expropriações capitalista. Diante do panorama das politicas sociais contemporâneas, se analisarmos de forma crítica, como o surgimento de uma ‘nova’ questão social e a desresponsabilização crescente do Estado contrarrevolucionário, escancaradamente neoliberal e conservador, assim como a reconfiguração do sistema após a crise estrutural da década de 1970, todos esses aspectos são formas de se recriar de forma arcaica e bárbara a manutenção da ordem do capital. Justaposto, para a contextualização das expressões da “questão social”, do mesmo modo para elucidar que não existe nova questão social os autores utilizados como pilar são Netto; Iamamoto; Pimentel e Montaño, os referidos escritores são de suma relevância para trazer demonstrar os impactos desta no tecido social brasileiro diante do demasiado cenário de barbárie vivenciados desde a década de 1990 com a abertura ao neoliberalismo, a internacionalização do capitalismo, este recorte se faz pertinente, pois possibilitará desvelar algumas das grandes atrocidades cometidas por este sistema desde então, assim como da inserção do terceiro setor e a “refilantropização” das políticas advindas do Governo. Evidencia-se que o Estado em suas multifacetadas formas de manipular, adequar e alienar afim de manter a “ordem social” fere diversos Direitos Constitucionais compreendidos como fundamentais, conquistados através de lutas por movimentos sociais, sindicatos, de modo geral, pela classe trabalhado. Hoje estes direitos são passados a terceiros, esta lógica de sucateamento se torna estratégia para alcançar aquilo que auxilia a sustentar o capitalismo: o setor privado. Assim, a população que já eximida ao acesso as políticas de qualidade que versam a universalidade que prega a Constituição Federal Brasileira de 1988, diante da conjuntura neoliberal que beira a tirania do atual governo Bolsonaro, as classes subalternas se encontram desamparadas, em sua maioria vivencia o pauperismo diante do cenário pandêmico atual. Neste aspecto iremos discorrer sobre reformas no teto de gastos, precarização ao acesso dos Direitos, crescimento do terceiro setor, criminalização da pobreza e “pobretologia” através de Virginia Fontes. Além do mais, os(as) assistentes sociais diante do exposto se encontram diante da precarização de seus postos de trabalho, com baixa remuneração - visto que, não possuem uma base salarial fixa- com a ausência do reconhecimento da sua prática profissional, o que impacta no esclarecimento de outros profissionais a função do serviço social na área de atuação, assim como sua autonomia relativa, o crescimento de cursos ofertados em modalidade EAD vem inflando o mercado de trabalho, fazendo com que o Exercito Industrial de reserva se expanda, tencionando cada vez mais os salários, entre outros fatores que são determinantes para uma atuação ética, propositiva e competente coadunados ao Projeto ético-político e Código de Ética de 1993. Em contraponto, ressaltamos a importância da valorização da atuação destes profissionais frente ás demandas dos trabalhadores impostas pela divisão de  classes, visto que a perspectiva crítica do(a) assistente social é de extrema relevância na criação, defesa e execução das políticas sociais públicas. REFERÊNCIA: GIL, A.C. Como Elaborar Projetos de Pesquisa. 4º ed. São Paulo: Atlas, 1994.

Resumen:

O presente trabalho apresenta resultados parciais da pesquisa teórico-metodológica em curso desenvolvida na Escola de Serviço Social da Universidade Federal do Rio de Janeiro (ESS-UFRJ),  por quatro docentes que compõem o Laboratório de Estudos e Pesquisas Marxistas em Política Social. O projeto de pesquisa intitulado “A Exploração do Trabalho e Privação de Direitos no Brasil: Os direitos não cabem no Estado” se propõe problematizar o ajuste fiscal permanente por meio da análise de suas variadas expressões: da sucção do fundo público pela dívida pública à potencialização da acumulação por meio de contrarreformas como a da previdência social; das mudanças na política de assistência social à reprodução rebaixada da força de trabalho mais empobrecida; do acirramento de dispositivos institucionais de correção e punição ao aumento da população encarcerada; da exponencial violência machista contra as mulheres ao encarceramento, sobretudo das mulheres negras, como uma outra forma de gestão da pobreza. Na sua efetivação e ao agregar diferentes planos de análises pretende-se, por fim, tematizar a intervenção do Estado na relação capital-trabalho na atualidade.Com isso, este trabalho busca desvendar os processos societários que determinam mudanças no Estado social. Tais mudanças canalizam o fundo público para as demandas de reprodução ampliada do capital, sobretudo de sua fração financeirizada e, ao mesmo tempo, limitam sua destinação para demandas de reprodução da classe trabalhadora. Assim, a investigação proposta objetiva desvelar os mecanismos priorizados pelos ajustes fiscais em curso no Brasil e também como tais ajustes determinam processos de privação de direitos, agudizam a retração da liberdade, estendem a mercantilização e a assistencialização às políticas sociais, aprofundam a exploração do trabalho e potencializam a acumulação do capital.Os ajustes, por serem mecanismos constitutivos da dominação do Estado burguês, operam de modo a surrupiar direitos conquistados pela classe trabalhadora e, ao tempo, envolvem o fundo público alocadonas políticas sociais nas artimanhas do rentismo. O ponto de partida da pesquisa consiste na problematização do ajuste fiscal permanente por meio da análise de suas variadas expressões: da sucção do fundo público pela dívida pública à potencialização da acumulação por meio de contrarreformas como a da previdência social; das mudanças na política de assistência social à reprodução rebaixada da força de trabalho mais empobrecida; do acirramento de dispositivos institucionais de correção e punição ao aumento da população encarcerada; da exponencial violência machista contra as mulheres ao encarceramento, sobretudo das mulheres negras, como uma outra forma de gestão da pobreza. Na sua efetivação e ao agregar diferentes planos de análises pretende-se, por fim, tematizar a intervenção do Estado na relação capital-trabalho na atualidade.São recorrentes as análises superficiais e mistificadoras da crise do capital que, desde o final dos anos 1960 e início dos anos 1970, vem impondo sucessivas, continuadas e agressivas ofensivas burguesa aos direitos da classe trabalhadora. Tais análises mistificam a crise como manifestações pontuais e tópicas no capitalismo, relacionadas à queda nas taxas de crescimento econômico - cuja privilegiada apologia consiste em propagar serem os impostos cobrados aos capitais uma das razões da redução do emprego, e do desencadeamento da crise -  provocadas por excesso de direitos, de políticas sociais e de regulação pública nas relações de mercado. As receitas que proliferam desde a década de 1990 conjugam a privatização, privação dos direitos sociais, reapropriação pelo capital de parcelas cada vez mais amplas de fundo público, como parte da estratégia do capital para conter a queda tendencial das taxas de lucro (MANDEL, 1990). É tarefa premente desmistificar tais análises e demonstrar que as crises do capital estão enraizadas no antagonismo entre produção social e apropriação privada da riqueza, ou, como afirma Marx (2009, p. 85) “as crises são manifestações das contradições inerentes ao modo de produção capitalista”. Compreender e traduzir o significado estrutural da crise do capital possibilita desmascarar diversos mitos que encobrem as persistentes desigualdade e pobreza, o aumento do desemprego e de relações precarizadas de trabalho sem direitos, a destruição da saúde pública, a redução da previdência pública, a expansão do ensino privado em todos os níveis, as crescentes expressões de violência no campo e na cidade contra as mulheres, o racismo estrutural, do qual o encarceramento é uma de suas expressões, as intolerância e violência contra a população LGBTQIA+, a juventude em especial a negra, as populações originárias e quilombolas. Cruéis expressões das contraditórias relações sociais de produção que, em diferentes momentos do evolver do modo capitalista de produção, alimentam o avanço do conservadorismo. Esse projeto se situa no campo das pesquisas comprometidas com desvelamento dessa dinâmica, como condição para fortalecer as lutas da classe trabalhadora em defesa dos direitos, inserida na disputa de classes pela apropriação do fundo público que, no Brasil, tem favorecido largamente o empresariado e os mais elevados salários, já que a carga tributária é altamente regressiva e onera intensamente a classe trabalhadora e os baixos salários (SALVADOR, 2017). Ademais destas formas, a disputa do fundo público - veja-se, por exemplo, a dívida pública, a EC 95/16 e os permanentes superavits nas políticas sociais - expressões e instrumentos do ajuste permanente (BEHRING, 2017), succionam a riqueza socialmente produzida pelos trabalhadores para os capitais. Daí a preocupação dessa pesquisa coletiva em deslindar os mecanismos pelos quais os agressivos e sucessivos ajustes fiscais em curso no Brasil vêm instaurando violentos processos de privação de direitos, que agudizam a exploração do trabalho e potencializam a acumulação do capital. 

Resumen:

O presente trabalho tem como objetivo discutir das recentes contrarreformas para as políticas sociais no Brasil, em especial para a Seguridade Social, analisando o chamado de Novo Regime Fiscal caracteriza-se como uma das mais nefastas medidas contrarreformistas das políticas sociais que configura a principal medida do ultraneoliberalismo. A EC 95/2016 (Emenda Constitucional nº 95 do conhecida como Teto dos Gastos) congela por vinte anos os investimentos nos setores primários, tendo como referência as despesas primárias pagas no exercício anterior, corrigido pelo Índice Nacional de Preços ao Consumidor Amplo (IPCA) a cada ano. Nossa intenção é compreender os impactos orçamentários já percebidos a partir do NRF às políticas sociais da Seguridade (saúde, assistência e previdência social), elencando os prejuízos a partir do primeiro ano da vigência em 2017. No contexto atual de crise estrutural do capital o papel do Estado burguês na implementação de contrarreformas é fundamental na tentativa de garantir a retomada das taxas de lucro e amenizar os efeitos da superacumulação do capital. Compreendendo que estamos inseridos em um contexto neoliberal desde os anos 1990 a necessidade de estudar o papel o Estado e do fundo público se coloca premente frente ao esforço contínuo do grande capital em capturar cada vez mais recursos em contraponto às necessidades da classe trabalhadora. Os embates entre capital e trabalho se expressam também, portanto, na disputa pelo fundo público. Este se constitui na parte da riqueza socialmente produzida, composta por mais-valia e trabalho necessário, recolhida de toda sociedade por parte do Estado e disponibilizada na forma de políticas públicas. Em tempos de crise a disputa pelo fundo público torna-se cada vez mais acirrada. Torna-se imprescindível entender seu papel e sua importância para processo de produção e reprodução do capital em tempos de capital financeiro financeirizado (ou seja, em que as bases de sustentação do capital financeiros está essencialmente na especulação e no capital fictício). A distribuição do fundo público sempre foi desigual, especialmente em nosso país de caráter periférico e dependente. No entanto, o ciclo neoliberal traz um elemento central para o fundo público: sua crescente utilidade ao capital como instrumento de alimentação direta do capital portador de juros, seja pelos mecanismos internos de financeirização das políticas sociais, seja pela forma mais importante e substantiva de captura desses recursos: a dívida pública. Buscaremos apresentar os elementos que caracterizam uma inflexão no neoliberalismo, agudizando seus traços predatórios (de direitos e de fundo público), apresentando o NFR como o principal deles. E intentamos trazer a hipótese de que estamos sob um novo ciclo do neoliberalismo: o ultraneoliberalismo.A temática a ser debatida se coloca em destaque compreendendo o momento político que enfrentamos. Vivemos nesse exato momento sob um governo ultraneoliberal e de caráter neofacista, autoritário e predatório. Os efeitos para a classe trabalhadora são sentidos cotidianamente no crescimento exponencial do desemprego, da miséria, da inflação, da barbárie social. A pandemia vivida globalmente desde 2020 agravou esses fenômenos. É então importante estudarmos os ataques aos direitos sociais que se agudizam no contexto pós-golpe jurídico-parlamentar-midiático, perpetrado em 2016, para qualificar a análise das políticas sociais hoje e pensarmos coletivamente as tarefas para o devir. Nesse sentido nosso esforço compreende estabelecer de forma crítica e analítica como essa atuação do Estado por meio das contrarreformas é fruto das correlações de forças presentes no momento em que a crise do capital exige o exponencial direcionamento do fundo público para os interesses da burguesia de base financeira. Tal debate é de suma importância para o Serviço Social tendo em vista que medidas de austeridade e supressão dos direitos sociais impactam de forma direta a atuação profissional, tais como a redução de recursos para as políticas sociais nas quais atuamos, corte ou extinção de programas sociais geridos, planejados e executados pela categoria, o congelamento dos gastos nas mais diversas áreas em que atua o Serviço Social, precarização das relações de trabalho no serviço público, além da pauperização direta da população usuária, que busca os serviços estatais. Todos esses elementos são consequências da política macroeconômica e das medidas de austeridade fiscal.Do ponto de vista da pesquisa nos assentamos do método do materialismo histórico-dialético, compreendendo os fenômenos a partir da totalidade e estabelecendo as devidas mediações entre as relações Estado-políticas sociais- fundo público, na correlação com a dinâmica da luta de classes. O levantamento de dados se dará a partir de fontes primárias, como documentos oficiais do governo federal e o Orçamento Público Federal, tomando como base os gastos previstos para Seguridade Social na Leis Orçamentárias Anuais (LOA) de 2015 a 2022, apresentando planejamento e execução orçamentária. Também faremos uso de fontes secundárias como trabalhos, artigos, livros, notas técnicas, que abordam o NRF, realizando projeções de seus impactos na Seguridade Social. Optamos neste trabalho trabalhar com os valores autorizados e pagos deflacionados pelo IPCA, pois apresentaram uma leitura real da composição orçamentária e todas as alterações realizadas ao longo da execução. Pretendemos aqui apresentar os efeitos imediatos já sentidos no âmbito das políticas sociais em termos de recursos públicos. O trabalho compõe uma pesquisa mais ampliada que busca monitorar a EC95 no que tange o congelamento dos gastos da Seguridade para avaliar a médio e longo prazo os impactos reais para a vida da classe trabalhadora.

Resumen:

As particularidades do tempo sócio-histórico na atual conjuntura brasileira, especialmente diante da pandemia SarsCov-2, evidenciam o recrudescimento das contradições sociais que evidenciam a fragilidade das políticas de proteção social frente à lógica mercantil posta pelo capitalismo.  Deparamo-nos com o acirramento do desmonte dos direitos sociais e  a fragilização das políticas sociais no cenário sócio-histórico mundial. No Brasil, esse desmonte atinge, sobretudo, as  políticas de seguridade social e, dentre estas,  a da educação. Importa ressaltar que, no Brasil,  esse acirramento é orquestrado pela ideologia que deita raízes no conservadorismo no qual   defende-se, sobretudo,  modelos de coesão social assentados pela tríade tradição, família e propriedade,  em nome da qual se nega a ciência e se reduz a educação ao aligeiramento do ensino com vistas, apenas a interesses do mercado.  Esse cenário, se  fortalece e se torna ainda mais visíveis a partir dos resultados do processo eleitoral (2018 ) no qual se elege como representante do Estado um defensor do uso do aparato militar como força política para impor interesses dos grupos que detém o poder econômico, ao mesmo tempo que promove o descaso público frente aos direitos das populações ribeirinhas, dos povos indígenas, quilombolas e dos que não tem acesso à  distribuição da riqueza produzida nesse país.  Sob tal condução ideopolítica, produzir conhecimento necessário para orientar políticas públicas voltadas à população torna-se desnecessário; da mesma forma produzir conhecimento que venha a lançar elementos que denunciam a face perversa do conservadorismo torna-se ameaça à idealizada ordem social.  Dentre as consequências desse cenário, assiste-se ao desfinanciamento das universidades públicas e a precarização do trabalho docente associadas à   desqualificação do conhecimento e da ciência.   Diante desses aspectos, volta-se, nesse estudo à pós graduação e propomos, como escopo deste artigo,  analisar  a relação entre formação de profissionais  pesquisadores em nível de pós graduação na área de Serviço Social e a formação tanto de recursos humanos para atuação da graduação em serviço social  como para desenvolvimento de ações de impacto social na realidade social, sobretudo, através de políticas sociais Reitera-se que tal relação se inscreve na perspectiva de formação com vistas à produção do conhecimento associada à crítica da lógica desumanizadora do capital que se espraia na mercantilização da educação.  . Diante dessa realidade, realizou-se essa pesquisa mista exploratória com ênfase qualitativa. Trata-se de um estudo de caso que tem por objeto a importância da formação em nível de pós graduação na área de Serviço Social para a qualificação de docentes de graduação em Serviço Social e de assistentes sociais, bem como profissionais de áreas afins,  para desenvolverem ações de impacto social na realidade social a partir da perspectiva crítica à lógica desumana do capital que se espraia nas relações entre classe, raça, etnia, gênero e na fragmentação e desmonte de políticas necessárias à defesa de direitos humanos.  Optou-se por tratar esse objeto à luz do estudo de caso, diante dos dados empíricos evidenciados no relatório quadrienal (2017-2020) do Programa de Pós-Graduação em Serviço Social da Universidade Estadual de Londrina. Trata-se, portanto, de uma pesquisa documental que revela, a partir dos dados de um programa de pós-graduação, a importância da pós- graduação na área de Serviço Social no fomento à pesquisa e formação de recursos humanos.  A escolha deste programa deu-se, por acessibilidade aos dados, também, em função de seu significado e relevância para a formação de mestres e doutores na região Sul do Brasil.  Defende-se, nesse estudo, a importância de fortalecer a pós- graduação na área de Serviço social e, uma das estratégias e dar visibilidade, para além de suas pesquisas, à sua importância na formação de recursos humanos. Tal fortalecimento se faz  necessário, entre outros aspectos, porque é sob a égide da mercantilização e mercadorização da educação superior brasileira,  que são ditadas as normas para os programas de pós-graduação que tendem a reduzir o reconhecimento dos espaços de produção do conhecimento e formação de profissionais e pesquisadores de alta qualidade ao produtivismo acadêmico caracterizado pela excessiva valorização da quantidade de produção acadêmico-científica em detrimento de sua qualidade. Por meio do estabelecimento de metas impostas pelas agências de fomento e controle dos programas de pós graduação no Brasil, deparamo-nos com um ranqueamento que traz implicações concretas de subsistência desses programas, cuja métrica impacta profundamente no campo da produção de pesquisas, do conhecimento e da formação qualificada, pois aligeira os processos de pesquisa na área das humanidades, retira a possiblidade de permanência de estudantes com dedicação exclusiva ao diminuir a quantidade de bolsas e, procura direcionar a produção do conhecimento para atender a lógica do mercado. Outro fator relevante é o direcionamento das avaliações dos programas de pós-graduação à luz dos critérios das áreas exatas, da terra e tecnológicas, desrespeitando o movimento próprio de formação nas humanidades e desprezando o conhecimento pautado na tecnologia social, à exemplo do Serviço Social. Esse engessamento das métricas impactam diretamente na construção de conhecimentos livres e autônomos, ou seja, no significado social da produção do conhecimento. Essa lógica de avaliação impõe uma série de requisições para a criação, consolidação e expansão dos programas stricto sensu. Dentre elas, podemos citar: o aligeiramento dos prazos para a conclusão dos cursos; a pressão sofrida pelos programas de pós-graduação por maior produtivismo; a exigência de uma quantidade exacerbada de publicações, principalmente em periódicos, cuja valorização decorre em detrimento da qualidade e do tempo necessário ao amadurecimento das pesquisas no serviço social. Essa realidade, pode inclusive contribuir para a produção de pesquisas enquanto “fetiche-conhecimento-mercadoria” retirando-lhes o processo reflexivo necessário para a pesquisa nessa área, haja vista que o mesmo demanda uma necessária maturação num tempo significativo que extrapola os indicadores tecnológicos das ciências exatas e da terra, bem como os interesses mercantilistas, que sustentam o ranqueamento dos programas stricto sensu atualmente imposto. 

Resumen:

O presente artigo teve como objeto de estudo a atuação profissional do Assistente Social no âmbito da saúde, especificamente na área hospitalar, e consistiu em um relato de experiência proveniente da vivência enquanto assistente social residente multiprofissional do Programa de Saúde do Adulto e do Idoso (SAI). Foi pensado devido a identificação da necessidade de explicitar o trabalho do Serviço Social dentro do campo da saúde, em que se deu um direcionamento voltado ao exercício profissional no hospital, através do entendimento e intervenção da profissão no processo de saúde/doença dos usuários, assim como suas contribuições. Teve como objetivo geral refletir acerca do trabalho desenvolvido pelo Serviço Social do Hospital Universitário da Universidade Federal de Sergipe (HU/UFS), de Aracaju/SE, a sua atuação frente as múltiplas expressões da questão social na saúde, com ênfase nos usuários que possuem Doenças Crônicas Não Transmissíveis (DCNT), os objetivos específicos foram compreender de que forma os Determinantes Sociais da Saúde (DSS) influenciam na atuação, elucidação e viabilização de direitos dos usuários interno e externo à unidade hospitalar, assim como abordar os principais entraves na efetivação do exercício profissional. O trabalho foi delimitado há um cenário de atuação, a Clínica Médica I (CMI) que lida sobretudo com Doenças Crônicas Não Transmissíveis e diagnósticos que estão sob investigação. Na CMI, foi possível identificar algumas das principais demandas relacionadas aos usuários doentes crônicos apresentadas ao serviço social, através do acolhimento e da escuta qualificada. As doenças crônicas vêm apresentando um aumento significativo em nível global e são a principal causa de morbidade e mortalidade, segundo Brasil (2019) baseado em estimativas da Organização Mundial da Saúde (OMS) as DCNT são responsáveis por 71% das 57 milhões de mortes em 2016, no Brasil no mesmo ano o percentual é de 74% do total de óbitos. Abordar o entendimento dessas doenças como um fenômeno global que tem base em uma série de fatores da realidade conjuntural atual é imprescindível para a atuação do assistente social que trabalha frente esse processo de adoecimento que atinge os usuários do Sistema Único de Saúde (SUS).  Dentro do recorte social de promoção a saúde, entende-se o desenvolvimento de doenças crônicas à uma nítida assimilação aos Determinantes Sociais de Saúde (DSS) e Iniquidades Sociais, visto que para além das predisposições genéticas estão associadas também a hábitos saudáveis, fatores como alimentação, atividade física, lazer, trabalho, estes que estão intimamente ligados a condições socioeconômicas (BRASIL, 2005). O artigo teve como fundamentação teórico metodológica o materialismo histórico-dialético. O processo de desenvolvimento deste relato de experiência foi realizado através dos instrumentais: entrevista social, discussões multiprofissionais, observações e registro de campo em que se pode experenciar o exercício profissional e assim analisar e refletir acerca da dinâmica de trabalho com usuários internados, sendo usada a técnica da observação participante. Destaca-se que para realizar esse estudo foram utilizadas referências bibliográficas, artigos, livros, leis, resoluções, entre outros, referentes a temática, essenciais no processo de fundamentação do relato. Percebeu-se no decorrer do trabalho dificuldades referentes ao acesso dos usuários à serviços da rede básica de saúde, dúvidas acerca da Seguridade Social, e formas de acesso a cada política que a compõe, assim como não conhecimento acerca do fluxo para acesso ao Centro de Atenção à Saúde de Sergipe (CASE) órgão responsável pela dispensação de medicamentos essenciais no estado. Um dos instrumentos facilitadores no processo de elucidação das possibilidades dentro do SUS de maneira mais didática foi a Carta dos Direitos dos Usuários da Saúde. A conjuntura de inserção na residência foi especialmente complicada dado a pandemia e todas as reverberações que esta vêm causando na sociedade, que impactou sobretudo no desenvolvimento dos serviços públicos de saúde, com redução dos níveis de atendimento a essa população assistida de maneira continuada em suas Unidades Básicas de Atenção à Saúde, e significativos riscos aos usuários com DCNT, conforme Malta et al. (2021, p. 2834) “Houve reorganização ou descontinuação de serviços de saúde de rotina, com interrupção da assistência a pessoas em tratamento de doenças como câncer, doenças cardiovasculares e diabetes.”, situação essa que foi trazida pelos usuários internados no relato das suas dificuldades na saúde. E no âmbito hospitalar houve dificuldade em lidar com a redução de contato com a rede de apoio do usuário, atores importantes para desenvolvimento de sua saúde, visto que devido as normas de distanciamento do COVID-19, tanto o acesso a acompanhante quanto a visitas foram limitadas e restritas. Pode-se refletir sobre a atuação enquanto assistente social sob uma perspectiva crítica a qual não se restringe na mera execução da política, mas no entendimento de todo o processo que engloba a saúde/doença, adentrando as especificidades do grupo específico que foi abordado, construindo possibilidades em conjunto com o usuário e equipe de assistência para melhora do seu quadro de saúde. Dos entraves que se colocam além do fazer profissional na saúde propriamente, lidamos com problemas no âmbito da Previdência Social em seu equipamento INSS, em que os usuários relatam as dificuldades de acesso tanto digital quanto telefônico, fator atrelado a longas filas de espera de atendimentos e perícias acabam sendo um fator prejudicial àqueles que buscam o resguardo de seu direito em um momento de adoecimento, por meio do auxílio-doença e BPC. Na articulação em redes é possível visualizar as falhas do sistema no que se refere recursos materiais e humanos para sanar o acompanhamento e monitoramento continuado aos usuários contra referenciados à rede de atenção básica, que apresenta um quadro reduzido de pessoal e material para assumir as demandas contrarreferênciadas. Conclui-se que há muito que se construir para a efetivação e consolidação de um SUS de excelência em sua materialização e no decorrer dos processos foram enfrentadas uma série de limitações a atuação profissional, mas para além dos percalços foram também pensadas estratégias diárias que em conjunto com profissionais em um trabalho interdisciplinar se configurou em caráter efetivo, através da afirmação dos direitos pactuados no SUS.  

Resumen:

A Pós-Graduação do Serviço Social brasileiro: avanços e desafios A presente proposta de discussão é fruto das observações iniciais advindas da pesquisa realizada em razão do processo de doutoramento em Serviço Social. Possui como objetivo a análise crítica, sobre as relações sociais da sociedade capitalista contemporânea e as reflexões sobre a produção do conhecimento do Serviço Social brasileiro, a partir de problematizações sobre os Sistema de Pós-Graduação. Partimos do pressuposto analítico de que a produção do conhecimento na realidade brasileira se expressa, majoritariamente, nos Programas de Pós-Graduação, significando importante espaço para o desenvolvimento científico, sendo por isso, permeados de disputas políticas e interesses antagônicos. Após a crise estrutural do capitalismo, a ciência é vista como um importante instrumentos para a recuperação lucrativa, subsidiando a produção e reprodução do capitalismo. A nossa compreensão é de que o capitalismo se apropria da ciência, que enquanto saber objetivado, tem contribuído com a produção e reprodução da sua lucratividade no campo econômico, social, político e ideo-cultural. Sua materialização encontra-se disposta em meios e instrumentos de trabalhos dotados de tecnologias, que dão agilidade ao processo produtivo e apresentam-se de forma superior, deslocada do trabalho (NEVES;PRONKO, 2008). Por meio da teoria social marxista buscaremos subsídios interpretativos da realidade, destacando os escritos de Marx no O Capital e nos Grundrisses, bem como os escritos de Lukács, sobretudo o livro II da Ontologia do Ser Social. Abordaremos a Categoria Trabalho e a construção de categorias secundárias, observando o desenvolvimento das forças produtivas do capitalismo e o local dado a classe trabalhadora. O contexto histórico de análise são as transformações societárias, advindas da crise estrutural do capitalismo a partir dos anos de 1970 (MÉSZÁROS,2010) . Com recorte para a realidade brasileira, é preciso considerar a singularidade do desenvolvimento capitalista, apreciando a passagem do período ditatorial, a reabertura democrática, o ciclo lulista, até a ofensiva do bolsonarista, recapitulando elementos essenciais para captar o movimento da realidade contemporânea. No que tange o Serviço Social, profissão inserida na divisão social e técnica do trabalho, a qual assumiu o compromisso de tensionar a sociedade burguesa por meio da sua direção social estratégica critica, cabe a defesa por uma ciência que reproduza a realidade e esteja a serviço da garantia das condições objetiva e subjetiva da classe trabalhadora. Dos avanços que o Serviço Social alcançou na efetivação do seu fazer profissional crítico, encontra-se a inserção no campo do conhecimento. Pós efervescência do movimento de reconceituação na América Latina e de renovação na realidade brasileira, demarca-se a consolidação do Serviço Social como profissão capaz de atuar nos mais variados espaços sócio-ocupacionais e como área do conhecimento, sendo requisitada a produzir conhecimento crítico, contribuindo exaustivamente para o questionamento da sociedade capitalista (MOTA, 2013). Herdeiro desse lapso temporal não podemos deixar de citar a imprescindível aliança que se forma em torno da unidade do Serviço Social na América Latina, que pode ser observado na atualidade a partir das ações realizadas pela “Associação Latino-Americana de Ensino e Pesquisa em Trabalho Social” (ALAEITS). Nos anos de incidência do movimento de reconceituação registra a formação de importantes instituições políticas engajadas no desenvolvimento das reflexões e produção do conhecimento em torno do Serviço Social, à exemplo da Associação Latino Americana de Escolas de Trabalho Social (ALAETS), criada em 1965, o Centro Latino-Americano de Trabalho Social (CELATS), criado nos anos de 1970 e na particularidade do Brasil, a Associação Brasileira de Escolas de Serviço Social (ABESS), então Associação Brasileira de Ensino e Pesquisa em Serviço Social (ABEPSS) e o Centro de Documentação e Pesquisa em Políticas Sociais e Serviço Social (CEDEPSS). Na realidade do Brasil a inserção do Serviço Social no circuito do conhecimento esteve ligada ao movimento de renovação da profissão, sobretudo com a aproximação com a tradição marxista. A maioridade intelectual do Serviço Social brasileiro é um dos elementos que dão corpo ao Projeto Ético Político da profissão, ou seja, o reconhecimento pela produção crítica e propositiva, com compromisso em desvelar a realidade e assim, contribuir com o projeto da classe trabalhadora. No entanto, o chão histórico não tem sido favorável para a efetividade daquilo que foi posto na intencionalidade do Serviço Social renovado: produzir conhecimento crítico a serviço da autonomia política e humana da classe trabalhadora. A profissão, inserida institucionalmente no Sistema de Pós-Graduação, lugar privilegiado para a sua produção do conhecimento, precisa forja condições que são contrária a ordem, na qual predomina o produtivismo, o baixo investimento na produção do saber, sobretudo das áreas ligadas as ciências sociais e econômicas, a propagação ideológica subsidiada na satanização da ciência, o enaltecimento do conhecimento do senso comum, o avanço de discussões genéricas, ligadas a questionamentos particularizados, moralizadores, atrelado ao avanço neoconservador de origem pós-moderna. Assim, por meio de uma revisão de literatura, realizada a luz do materialismo histórico-dialético, o artigo é um convite a refletir, em tempos tão necessário, o papel da ciência para a sociedade e os desafios posto ao Serviço Social no âmbito da sua colaboração materializada pela produção do conhecimento.  Referências MÉZÁROS, I. Das crises cíclicas à crise estrutural, In: MÉSZÁROS, I. Atualidade histórica da ofensiva socialista. São Paulo: Boitempo, 2010;MOTA, A. E. Serviço Social brasileiro: profissão e área do conhecimento. In:Katálysis: Florianópolis: Edufs, vol.16, n. spe, pp.17-27, 2013. NEVES, L. M. W.; PRONKO, M. A. As políticas públicas de ciência, tecnologia e inovação e a formação para o trabalho complexos no Brasil hoje. In: O mercado do conhecimento e o conhecimento para o mercado: da formação para o trabalho complexo no Brasil contemporâneo. Rio de Janeiro: EPSJV, 2008. 

Resumen:

O projeto educacional brasileiro, em especial no que diz respeito ao ensino universitário, historicamente tem sido submetido aos imperativos do capital nacional e internacional e às demandas imediatas do mercado de trabalho. A crise estrutural do capital (Mészáros, 2009) enfrentada pelos países capitalistas desde a primeira década deste novo milênio (2007/2008), considerada de grande proporção, vem complexificar essa questão. Medidas de austeridade fiscal são impostas aos países do capitalismo central e periférico, indo de encontro as conquistas nos âmbitos dos direitos e do Estado social que são históricas a esses países, trazendo implicações, tanto para os países Europeus quanto da América Latina, tais como:  reduzidas taxas de crescimento, grande número de desemprego, precarização do trabalho, redução salarial, privatizações,  inclusive da educação superior, tranformando-a em mercadoría cujas caracteirsticas estão na sua condição de ser produzida de maneira rápida e a baixo custo. As tendências de mercantilização do ensino superior ganham destaque a partir dos anos 2000, com a aprovação do Protocolo de Bolonha. Este tratado faz parte das recomendações do Banco Mundial e da Organização Mundial do Comércio, como requisito para a constituição da União Européia.  O “Processo de Bolonha”  consiste em uma declaração de intenção para estabelecer novas diretrizes para o ensino superior  que o torne igual em todos os países da União Européia, tais como: legibilidade e comparabilidade dos diferentes graus acadêmicos;  organização em três curtos ciclos de estudos: três anos para licenciatura/graduação (no máximo três anos e meio), dois anos para mestrado (quando a graduação for de 7 semestre, o mestrado será de um ano e meio) e três anos para doutorado, com acesso direto e rápido, através, de sistema de integralização dos ciclos; estabelecimento de um sistema de créditos passível de ser validado em todos os países da União Europeia; promoção da mobilidade dos estudantes, professores e investigadores;  cooperação europeia para “garantir a qualidade do ensino, formação e investigação”, com estabelecimento de sistemas comuns de avaliação, socializaçao do conhecimento. O Brasil, apesar de não fazer parte do “Processo de Bolonha”, em  2009, passa a constituir o “Fórum Político de Bolonha”, composto por 20 países. Este tem por objetivo a expansão munidal das diretrizes do Processo de Bolonha. Em março de 2010, foi realizado o Fórum Político de Bolonha, onde foi lançado oficialmente o Espaço Europeu de Ensino Superior, objetivando consolidar o Processo de Bolonha.  O Protocolo de Bolonha, vem provocando uma alteração estrutural do ensino superior na direção de seu aligeiramento, competitividade e sujeição às demandas do mercado. Como pudemos observar em investigações realizadas,  a política de educação no Brasil há tempos caminha nesta direção, entretanto, sua participação no “Fórum Político de Bolonha” vem intensificando esse processo de deteriorização da educação no país, caminhando na direção contrária de uma formação crítica, pública, gratuita, socialmente referenciada, presencial, com qualidade para todos e todas. Essa direção em defesa da formação de qualidade é defendida pelo projeto de formação profissional de assistentes sociais  no Brasil, aprovado em 1996, pelo conjunto da categoría, em assembléia geral da Associação Brasileira de Ensino e Pesquisa em Serviço Social – ABEPSS). Diante das determinações macroscópicas que constituem o solo, este texto pretende apontar as repercussões na formação dos profissionais e docentes em Serviço Social,  enfatizando alguns dos seus desafios para a concretização de um perfil de profissional critico, consistente teoricamente, compromissado com valores humano-genéricos e competente técnica e politicamente. Apesar de tratar-se de um contexto regressivo para a formação profissional graduada, o acúmulo de potencialidades resultante de cinco décadas de implantação da pós-graduação stricto sensu em Serviço Social no Brasil, nas quais a área logrou construir um espaço que se encontra em franco crescimento e detém vitalidade e enormes possibilidades, dadas especialmente pelo seu caráter interdisciplinar e sua perspectiva crítica, os reflexos deste modelo reverberam na área em vários aspectos. A produção crítica do Serviço Social brasileiro vem atravessando o continente latino-americano, especialmente, através da interlocução privilegiada que estabelece com o Serviço Social latino-americano, na perspectiva de realizar projetos integrados e da internacionalização.  As entidades representativas da categoria no âmbito da formação (ABEPSS) e do trabalho (Conselho Federal em Serviço Social-CFESS), em conjunto com a Executiva Nacional de Estudantes de Serviço Social (ENESSO) têm enfrentado critica e coletivamente a lógica instrumental do modelo de ensino que estamos problematizando.  Como patrimônio histórico da categoria, temos a construção de uma forte relação entre graduação e pós-graduação. Defendemos o princípio de que a formação pós-graduada deve oferecer subsídios à graduação e esta deverá fornecer os objetos que deverão ser aprofundados na pós-graduação. Esta relação se expressa na existência de núcleos, grupos e redes de pesquisa consolidados na área, que envolvem a graduação e a pósgraduação, numa produção que tem sido reconhecida nacional e internacionalmente.  Para os diversos segmentos da categoria profissional e suas entidades, o desafio está no fortalecimento do processo de organização nacional e internacional nos âmbitos acadêmico cientifico e profissional e em investir nos intercâmbio institucionais, pesquisas integradas como estratégias coletivas de resistência e busca de unidade na luta de toda a sociedade em prol de uma educação laica, publica, socialmente relevante, plural que represente um projeto emancipador de educação. Por fim, enfrentar a lógica neoliberal e construir uma cultura universitária que se contraponha ao produtivismos, ao quantitativismo, ao aligeiramento da formação e à banalização do conhecimento, ao carreirismo e à competitividade é função de uma razão racionalista, critica e dialética, voltada para a formação de profissionais comprometidos com os segmentos explorados, orientados, preferencialmente, para o atendimento das demandas da classe trabalhadora e pelos valores humano-genéricos. 

Resumen:

O presente trabalho, desenvolvido a partir do processo de escrita da dissertação de mestrado, desenvolvida no curso de Mestrado do Programa de Pós-Graduação em Serviço Social da Universidade do Estado do Rio de Janeiro, que tem como título ‘A transfobia institucional a travestis e mulheres transexuais vivendo com HIV’, tem por objetivo evidenciar e analisar de que modo a transfobia, em seu caráter estrutural e institucional, somada ao estigma do HIV impactam diretamente o processo de saúde e doença de travestis e mulheres transexuais vivendo com o vírus no Brasil. Diante disso, busca-se apontar elementos que visam contribuir para o debate acerca da transfobia institucional, do estigma relacionado ao HIV e de como essas duas questões são somatizadas e acabam por gerar uma série de condicionantes à saúde dessa população, além de se desdobrar num processo de violência, que se expressa das mais diversas formas e que atravessa a existência de travestis e mulheres transexuais. O trabalho se propõe a discutir brevemente os conceitos de gênero, sexualidade, transexualidade e travestilidade, além de contextualizar historicamente o campo de discussão, apontando alguns elementos para que seja possível pensar tal processo de violência, também identificado como transfobia. A ideia é trazer também algumas considerações a respeito do campo dos direitos sexuais, conceituando brevemente o Vírus da Imunodeficiência Humana (HIV) e discutir o impacto do estigma e da discriminação em torno da infecção pelo vírus. Por fim, pretende-se abordar a experiência de trabalho junto a travestis e mulheres transexuais que vivem com o vírus HIV no estado do Rio de Janeiro - Brasil, que são acompanhadas através de um projeto realizado numa instituição pública da região metropolitana do estado, a partir de relatos registrados no diário de campo da pesquisadora.Uma das questões centrais que foram observadas no processo de pesquisa e que será discutido brevemente no trabalho é a importância da apropriação do termo travesti enquanto uma identidade política, uma vez que é uma identidade exclusivamente latinoamericana e que foi (e segue) marginalizada, sendo usada para designar aquelas inseridas no trabalho sexual ou em situação de maior vulnerabilidade e que, a partir disso, não há diferença entre as duas identidades. Nesse sentido, tomando como problema a ser aprofundado o modo como esse grupo se reconhece em relação a sua identidade de gênero e a permanência de uma classificação distinta para travestis e mulheres transexuais, utilizo os dois “termos” como duas “construções identitárias que se localizam no campo do gênero e representam respostas aos conflitos gerados por uma ordem dicotomizada e naturalizada para os gêneros” (BENTO, 2008, p. 520), uma vez que, tal como aponta Moira (2017), enquanto mulheres que recusam uma ordem de gênero normativa, ambas identidades experienciam a transfobia que é dirigida ao grupo “T”, posto que socialmente “não é possível reconhecer no “olhômetro” quem é travesti e quem é mulher trans” (p. 327). Diante do exposto, espera-se com essa pesquisa evidenciar como o estigma relacionado ao HIV tem produzido dificuldades concretas no modo de reprodução social dessas mulheres. Tais dificuldades se manifestam através do preconceito e das múltiplas formas de violência que atingem essa população específica, tornando-se um condicionante no processo de determinação social da saúde e doença do público-alvo deste trabalho. Além disso, também se expressam nas múltiplas facetas da transfobia em seu caráter institucional fundamentada na natureza contraditória do Estado democrático nas sociedades capitalistas contemporâneas. Importante ressaltar, que tão perspectiva se dá a partir do olhar crítico enquanto assistente social da presente pesquisadora. E nesse sentido, pretende-se gerar ainda uma contribuição para o campo do Serviço Social e a categoria profissional, enquanto categoria reconhecida na divisão social do trabalho, que tem como uma de suas principais competências segundo o Artigo 4 da Lei de Regulamentação da Profissão, “orientar indivíduos e grupos de diferentes segmentos sociais no sentido de identificar recursos e de fazer uso dos mesmos no atendimento e na defesa de seus direitos”. Também a Associação Brasileira de Ensino e Pesquisa em Serviço Social (ABEPSS) destaca como uma das funções profissionais identificar as “demandas presentes na sociedade, visando a formular respostas profissionais para o enfrentamento da questão social, considerando as novas articulações entre o público e o privado” (1996). Considera-se que o serviço social é uma categoria de extrema importância nos atendimentos junto à população travesti e transexual, e de grande potência para pensar e discutir essa expressão da questão social. Das muitas ações voltadas para o campo da diversidade sexual e de gênero, destaca-se no ano de 2013, a publicação CFESS Manifesta no Dia Nacional da Visibilidade Trans, pelo “Direito à identidade Trans”. Em junho de 2015, a categoria também realizou o Seminário Nacional Serviço Social e Diversidade Trans: exercício profissional, orientação sexual e identidade de gênero em debate, envolvendo a categoria numa agenda de compromissos que visam à defesa de direitos e da vida de pessoas TRANS. Em 29 de agosto de 2017, no Dia Nacional da Visibilidade Lésbica, o CFESS Manifesta lançou “Família é diversidade: pelo direito de amar e conviver!”.Recentemente, no último dia 29 de janeiro de 2021, Dia Nacional da Visibilidade TRANS, mais uma iniciativa das entidades profissionais, agora da ABEPSS, que publicou em seu site entrevistas realizadas com assistentes sociais trans a fim de “promover uma reflexão sobre a importância do debate acerca da identidade de gênero na área”. Assim, fica nítida a importância da aproximação da categoria com o campo da diversidade sexual e de gênero, para uma prática profissional coerente com os princípios defendidos no código de ética. Por essas razões consideramos pertinente e relevante que o campo de estudos e pesquisas em Serviço Social alcance e aprofunde reflexões que atingem as particularidades da população LGBTQIA+ e problematize os efeitos das políticas sociais e do Estado na proteção social desses sujeitos. Esperamos que essa pesquisa contribua para esse processo.

Resumen:

O presente artigo faz parte do trabalho de conclusão de curso apresentado pela autora Geovana Lucia Batista Loureiro, e orientado pela Professora Doutora Francisca Rodrigues de Oliveira Pini para obtenção de título de Bacharel em Serviço da Universidade Federal de São Paulo. Desta forma,  busca trazer o debate realizado em trabalho anterior, explorando premissas iniciais mas também amadurecendo teoricamente questões postas, sendo assim o debate não se encerra em si mesmo.Logo, este trabalho pretende contribuir com reflexões e problematizações acerca da relação entre Educação Popular e Serviço Social: como elemento fundamental para a formação e o trabalho profissional, Tendo em vista que a práxis político-pedagógica da Educação Popular se faz uma possibilidade de afirmar o compromisso ético-político do/a assistente social de emancipação política e humana a partir da construção e promoção de processos mais horizontais e ativos com os/as usuários/as que permitem o desvelamento de sua realidade e suscitam o seu protagonismo e cidadania; a fim de romper com posturas profissionais messiânicas e conservadoras e estimulando processos democráticos e críticos. Embora a baixa produção literária na área profissional, é um tema em potencialidade a ser explorado demonstrando a relevância deste estudo. Para isto, buscou-se realizar aqui uma pesquisa qualitativa que amparado nas legislações vigentes e nos referenciais teóricos de autores/as das áreas a fim de problematizar e relacionar Serviço Social e Educação Popular. Para este objetivo, partimos da concepção do Serviço Social como uma profissão que historicamente tem como por objeto imediato de seu exercício profissional a intervenção nas mais diversas expressões da questão social: a fome, a miséria, a violência, e entre outras manifestações inerentes a ordem capitalista de produção coletiva de riquezas e apropriação privada destas. Desta forma sua atuação profissional está vinculada a uma inevitável correlação de forças, pois atua nas relações antagônicas das classes sociais e sua práxis profissional incide sobre as suas demandas também antagônicas, e muitas vezes até opostas. A trajetória do Serviço Social nos mostra, que dada a sua natureza profissional complexa e contraditória por si só, este respondeu os desafios profissionais postos de formas diferentes durante o tempo: tendo a sua origem em uma moral católica conservadora, que pretendia atender aos interesses da classe burguesa de manutenção da ordem por meio de práticas acríticas e assistencialistas, passando por uma série de projetos profissionais que nos levam ao atual momento: um projeto ético-político emancipador, que se compromete com o fortalecimento da classe trabalhadora a partir de uma práxis crítica. Uma atuação profissional antidiscriminatória que nos impõe a todo momento o respeito às diversidades, e que reconhece a liberdade como valor ético central a fim de promover a expansão da emancipação, autonomia e da cidadania das populações e dos seres sociais atendidos pelo/a assistente social; e primordialmente vinculada a construção de uma nova ordem societária livre de explorações e opressões.Considerando o atual momento que o projeto ético-político nos impõe enquanto profissão, pretendemos analisar e compreender a Educação Popular como um elemento fundamental para a formação e a práxis profissional, pois se presente a sua práxis educativa-política pode potencializar o compromisso ético-político do Serviço Social. Isto se deve ao aporte teórico-metodológico-político que a Educação Popular nos traz de construção de processos participativos e horizontais, - onde os saberes, diferenças e particularidades de todos/as são respeitados e considerados - que tem como por possibilidade a produção de um verdadeiro saber coletivo e crítico da realidade, permitindo a apreensão de toda a dialética e determinações do concreto para voltar-se a ele para transformá-lo; suscitando nesse processo o protagonismo de cada parte envolvida. Desta forma, a hipótese é a de que a Educação Popular poderia ser uma grande potência a ser explorada no Serviço Social: tanto na sua formação, quanto no seu exercício profissional a fim de criar-se a possibilidade de uma práxis profissional autêntica e mais horizontal rompendo com posturas moralistas e discriminatórias, mas também com posturas messiânicas.Tendo em vista que a maior contribuição da Educação Popular seria a possibilidade de uma práxis crítica que suscitaria em uma maior integração e participação dos/as usuários/as atendidos/as pelos/as assistentes sociais nos seus próprios processos de intervenção de suas demandas, em uma posição central e de protagonismo. Assim, a práxis da Educação Popular seria uma possibilidade de materializar na formação e atuação profissional o compromisso ético-político do Serviço Social. Para isto, esta pesquisa procura explorar fundamentos da Educação Popular dialogando com o Serviço Social, tendo em vista que esta é uma temática pouco abordada e estudada na área profissional. Um estudo do Grupo de Estudos e Pesquisas em Educação Popular, Serviço Social e Movimentos – GEPEDUPSS da Universidade Federal da Paraíba - UFPB mostra que entre os anos de 1980 – onde se remonta às primeiras aproximações do Serviço Social com a temática da Educação Popular – a 2010, das 101 instituições privadas e públicas de Serviço Social houve apenas 70 publicações articulando as temáticas; sendo que a Educação Popular se encontrava como tema transversal – e não principal - na maioria das publicações. O que foi considerado um resultado “incipiente” pelos pesquisadores, dada a sua ausência temática. Sendo assim considera-se fundamental seu aprofundamento tanto para a formação quanto para atuação profissional dado a sua potencialidade teórico-metodológica-política na área: o caráter e os elementos constitutivos da Educação Popular - que tem em si uma práxis-pedagógica-política horizontal, ativa e emancipadora - em muito poderá contribuir com a formação, e acima de tudo com o trabalho profissional do/a assistente social em seu cotidiano e com a população atendida. De forma a ampliar conhecimentos para formulação de novas mediações na práxis do Serviço Social, e análise e reflexões das já existentes estratégias e instrumentais. A partir do imenso legado que a concepção de Educação Popular nos traz, poderá surgir novas experiências em que os/as usuários/as participem mais democraticamente e ativamente na intervenção e desenvolvimento das suas demandas por meio de um desvelamento crítico da realidade promovido dentro dos espaços sócio-ocupacionais e por intermédio da ação profissional.

Resumen:

Con el objetivo comprender las determinaciones políticas, económicas y sociales en la configuración y estructuración de las políticas sociales de niñez y adolescencia en el Paraguay, en un contexto neoliberal, entre los años 2000 y 2015, se realizó una investigación de tipo cualitativa, macrosocial con esquema narrativo-histórico ya que se trata de comprender procesos sociales en un tiempo histórico determinado, para lo cual se recurrió a recoger información con informantes claves, a cinco de siete exministros/as de niñez y adolescencia y exsecretarios/as ejecutivos/as de la única y más importante coordinadora por los derechos de la niñez y adolescencia de la sociedad civil del periodo estudiado, además de documentos oficiales (planes y programas), memorias, informes de derechos humanos que fueron interpretados a la luz de la lectura y análisis de los hechos políticos, económicos y sociales ocurridos en el país y el avance los derechos humanos a nivel internacional. En un contexto neoliberal, de achicamiento del Estado, de disminución del gasto social, las preguntas que guiaron el estudio han sido: ¿qué elementos colaboraron para que se instalen políticas sociales dirigidas a la niñez y la adolescencia?, ¿cuáles fueron los actores socio políticos presentes en ese proceso? ¿Y qué temas se instalaron en la agenda pública como políticas sociales en el periodo estudiado?Existe consenso, tanto desde los actores/as gubernamentales, como de las organizaciones de la sociedad civil, del papel fundamental de éstos últimos, juntamente con la cooperación internacional para la configuración y estructuración de las políticas sociales dirigidas a la niñez y la adolescencia del Paraguay.La “cuestión social” en Paraguay tiene a la tierra como el medio de producción disputado por el capital, comprensible a partir del papel que se otorga al país en la división internacional del trabajo, siendo una de sus expresiones que grandes mayorías de la población ha sido despojada de su medio de vida, la tierra. Esto trajo aparejado la urbanización y la pobreza que configuraron nuevas expresiones. La población rural pasa a ser asalariada en las ciudades, en malas condiciones laborales y/o con trabajos informales o mendigando en las calles. Son sujetos visibles lo niños, niñas y adolescentes que se ven obligados a formar parte de las estrategias de sobrevivencia, como la mendicidad. Las organizaciones de la sociedad civil se constituyeron en sujetos situados estratégicamente y asumieran papeles políticos fundamentales en la transformación de necesidades sociales en cuestiones -buscando incorporarlas en la agenda pública y en el campo decisorio (Pereira, 2003).  El Estado que defiende intereses capitalistas, implementa sus políticas anticrisis, con ideario liberal volviendo a “los mínimos”, Estado mínimo, renta mínima y mínimos sociales (Pereira, 2002). Las políticas sociales, también se vuelven “mínimos” en la Región y en Paraguay comienza en la mitad de la década de los 90, con las políticas focalizadas, asistenciales. A nivel internacional, las políticas globales instaladas con la Declaración Universal de Derechos Humanos, (1948) traslada la mirada hacia los sectores hasta ese momento invisibilizados, siendo uno de ellos, la niñez y la adolescencia. Los países latinoamericanos atravesaban, sin embargo, por un modelo político de gobierno, donde justamente fueron conculcados esos derechos humanos. En Paraguay con la dictadura se afianzó el ingreso del capitalismo y se instaló un modelo de gobierno patrimonialista, clientelista y prebendario. De esta forma, Paraguay, sufrió las consecuencias del modelo de desarrollo económico y político, generando desigualdad y pobreza como efectos principales. En el 2000, en que se va afianzando el Estado neoliberal, con la “modernización de las instituciones”, se encuentra con la resistencia interna en el poder Estatal, que se presenta como una disputa entre la defensa de la democracia vs. el retorno al autoritarismo, lo que creó una importante movilización ciudadana nunca antes vista, con lo que se logra la caída de la amenaza a la incipiente democracia, que exigió a los actores políticos, la instalación de un gobierno de coalición entre las diversas expresiones, tanto internas del partido de gobierno como las de otros partidos. Este fue el punto de ruptura en el contexto político del país, en que se rompe la hegemonía de la gobernanza por parte del Partido Colorado e introduce en sus cuadros de administración y dirección actores y actoras de otros partidos políticos y de otras corrientes de su propio partido. Este es el contexto político en que las organizaciones sociales, que venía con su acumulado de experiencias, conocimiento, de haber conquistado una primera legislación sobre adopciones en la década de los ’90 bajo el paraguas de la CDN y 10 años de trabajo sistemático en la reflexión, elaboración y discusión de lo que sería el Código de la Niñez y la Adolescencia, logran su aprobación y con ella la institucionalización de las políticas sociales para el sector, con la creación de la Secretaría Nacional de la Niñez y la Adolescencia.   Entre los resultados más resaltantes de la investigación, se concluye que la apertura democrática permitió el avance de los derechos sociales con fuerte incidencia de las organizaciones de la sociedad civil por la defensa de los derechos de la niñez y la adolescencia, que al mismo tiempo estaban siendo impulsadas como una política global, para dar respuesta a la realidad social de niños, niñas y adolescentes que hicieron su aparición en las calles de la capital, como consecuencia de la migración forzosa de sus familias, como clara expresión de la “cuestión social”. La institucionalización de las políticas sociales de niñez y adolescencia tuvo un punto de inicio en el contexto político cuando se abre la posibilidad de gobernanza del país para los sectores políticos partidarios más importantes, su consolidación y avances, estuvo supeditada a las políticas de desarrollo de los gobiernos que siguieron y a la concepción que tenía la persona administradora del ente rector de políticas sociales de niñez y adolescencia.

Resumen:

Durante o início da década 90, o sistema econômico passou por reformas contundentes ao introduzir novos atores no cenário global. Vemos o Capital financeiro atingindo suas “metas” planificadas junto ao Banco Mundial e o Fundo Monetário Internacional para todas as nações abaixo da Linha do Equador. Os países em desenvolvimento, como o Brasil e outros da América Latina foram duramente atingidos pela agenda predatória do capital financeiro.Esse cenário de mudanças econômicas no plano internacional, ao longo das três últimas décadas, vem transformando a gerencia e articulação do neoliberalismo. Concomitante a este processo de reestruturação econômica, temos também as transformações no mundo do trabalho. De acordo com Antunes (1999), os avanços tecnológicos e industriais, a ciência administrativa e a destruição do trabalho "clássico", baseado nos empregos da industrial monopolista, de caráter taylorista com linhas de produção e processos fetichizados, grande acúmulo de mão de obra passa por uma metamorfose, ao assimilar as novas exigências da volatilidade econômica ultraneoliberal. As mudanças promovidas pela fase ultraneoliberal pautam-se na introdução de um processo de trabalho mais fragmentado e focalizado, orientado pela gerencia científica do neoliberalismo. Assiste-se à inserção de funções mais específicas, atribuições menos adjacentes à indústria e mais ao lado de mecanismos que promovem a descentralização produtiva, como na experiência da “Terceira Itália” e a sua estratégia de promover uma constante inovação e utilização de métodos flexíveis de produção.O modelo clássico do trabalha assalariado, onde o trabalhador era equiparado a um robô, com movimentos repetitivos, como no filme Tempos Modernos, de Charles Chaplin dá lugar a um novo perfil de trabalhador, imposto pela lógica econômica neoliberal, transforma o trabalhador em um sujeito “versátil”. Exige-se uma nova roupagem baseada em conhecimentos específicos e num tipo de capacitação focalizada, controlada, disputada e assombrada pelos mares de trabalhadores que não encontram o “privilégio da servidão” dos novos tempos (ANTUNES, 2020).Diferente da crença de alguns economistas, a relação de determinação da política econômica sob a vida da classe trabalhadora não é verticalizada, ou seja, tanto o social quanto o econômico se relacionam e se constroem dentro do capitalismo - vide todas as crises sistêmicas que levaram a reestruturações, como o próprio neoliberalismo, construído também em resposta às disputas de poder político-social-ideológico no mundo, nas década de 70 e 80 - logo, as Políticas Sociais e o mundo do trabalho não só determinam também os consórcios do neoliberalismo como já dito anteriormente, são transformados pelo mesmo. Neste sentido, busca-se situar os tensionamentos para o Serviço Social no Brasil, a partir dos processos de “ampliação” do Estado e das Políticas Sociais, seus percalços e desafios nos espaços ocupacionais em que está profissão se situa.Com isso chegamos ao Serviço Social, uma profissão que segundo Martins (2020) se insere na divisão social e técnica do trabalho como especialização do trabalho coletivo. E que por ventura se encontra a todo momento permeada por demandas institucionais alheias as demandas dos sujeitos sociais a quem se destinam os serviços profissionais.A profissão que foi criada por uma demanda institucional que visava controle social e seu objeto de trabalho são as expressões da questão social, não se celebra uma afinidade maior entre a ontologia da profissão e as demandas do sistema vigente como se vê no Serviço Social.E assim como certas ações são determinantes, o que vai ditar o trabalho do Serviço Social em suma é de fato as demandas institucionais – não deixando de demarcar os movimentos históricos de resistências tanto organizada quanto pragmática ao viés institucional e as demandas que atacam de forma fragmentada tanto os profissionais quanto o público que acessa as políticas sociais.Outro aspecto notório de mudança pós Constituição Federal de 1988 que vale ressaltar dentro da profissão foi o alargamento dos campos de contratação do Serviço Social ao mesmo tempo que se percebia um redirecionamento das políticas sociais para acomodar os interesses neoliberais (MARTINS, 2020).Nesse sentido, fica delineado que no arranjo semântico do texto, o termo “publicização” tem significado direto com "privatização''. E é neste discurso que se constrói as Políticas Sociais na atualidade, sendo assim também, os espaços ocupacionais do assistente social são afetados diante das profundas mudanças no Estado e no sistema de proteção social (MARTINS, 2020b). Para dimensionar, podemos observar os impactos recentes nos serviços do Sistema Único de Assistência Social. A volatilidade das trocas de profissionais, de cargos, de funções, de atribuições, além do esvaziamento de técnicos pela ausência de novos concursos públicos ou contratações diretas. Parte desse processo está sendo importo pela imposição do Teto de Gastos. Política do governo de Michel Temer que congelou os gastos públicos por um período de 10 anos, como projeto de ajuste gradual dos gastos do Estado brasileiro.A pandemia da Covid-19, associado ao crescimento das desigualdades, da pobreza e da fome espremem mais o orçamento diante do crescimento da demanda. Na ausência dos serviços públicos, temos o desenvolvimento de uma rede privada de filantropia, na qual subsiste de doações e repasses estatais.A flexibilização de exigências e o rebaixamento do padrão de cidadania no Brasil, impõe que esses serviços operem com déficit de pessoal, superexploração da força de trabalho, baixos salários, péssimas condições para a realização das ações profissionais. Esse modelo já estava posto para o Brasil desde a década de 1990, Bresser-Pereira (2015, p. 84 apud BRESSER PEREIRA, 1996, p.292) afirmou que as entidades privadas “escapam às normas de regulamentos do aparelho estatal, e particularmente de seu núcleo burocrático”.O trabalho realizado pelas Políticas Sociais, a priori nos deparamos com o Serviço Social, uma profissão já referenciada no sistema de proteção social brasileiro, passando por uma constante precarização, desprofissionalização. Os ataques à profissão impõem uma constante necessidade de reafirmação, enquanto área de conhecimento específico, frente as demandas institucionais. Almeida (2020) recorda que além das transformações no mundo do trabalho, a constante flexibilização, desvalorização das profissões inseridas nas Políticas Sociais e pauperização dos postos de trabalho impacta fortemente no padrão de cidadania.

Resumen:

Objetivamos, neste texto, trazer algumas reflexões sobre as possibilidades e perspectivas de aproximação entre o Serviço Social e as Tecnologias da Informação e da Comunicação, tomando por referência o trabalho do Serviço Social no Sistema Prisional do Estado do Rio de Janeiro, no contexto da pandemia do Covid-19. Neste propósito, apresentamos aspectos relativos ao espaço sócio-ocupacional do Serviço Social no Sistema Prisional, propriamente dito, buscando, brevemente, relacionar os elementos que conferem especificidade a este campo, com o contexto sócio-político mais amplo da conjuntura brasileira e a trajetória do Serviço Social na instituição prisional, com seus dilemas e desafios, agudizados pelo tempo pandêmico.Nesta abordagem tivemos a perspectiva de pensar criticamente o caos gerado pela intensificação do caráter destrutivo do projeto capitalista, com suas mazelas sociais, políticas e econômicas, desnudadas ainda mais no contexto de pandemia. A percepção de estarmos diante de uma crise estrutural do capital revestida de crise sanitária, traz um desafio que não nos parece ser novo no Serviço Social, apesar de ganhar uma feição mais exacerbada nos tempos atuais, em razão da tendência conservadora que se espraia em todos os setores da vida, no caso do Brasil. Neste sentido, afirmamos que o foco da problematização e das reflexões que envolvem a presença da tecnologia no Serviço Social, que aqui propomos, não pode ficar na superfície do debate tecnicista ou mesmo meramente instrumental. Em que pese não esteja não seja possível, devido às limitações deste texto, um aprofundamento maior das categorias e conceitos que emergem das reflexões sobre esta temática, não podemos nos furtar de assinalar para esta necessidade. Os avanços tecnológicos atingem o mundo e a todas as profissões, inevitavelmente. No entanto, não é disso que estamos falando quanto se trata de uma profissão como o Serviço Social, cujas diretrizes ético-políticas devem balizar o exercício profissional na direção de um projeto de sociedade alternativo ao que se propõe o estado de coisas vigente no modelo capitalista.Portanto, qualquer debate que venhamos a travar neste universo das tecnologias e o Serviço Social não poderá dar maior importância aos recursos tais como computadores, softwares e demais elementos de conectividade, do que aos próprios processos sociais que envolvem os sujeitos que interagem em uma totalidade dinâmica em suas dimensões objetivas e subjetivas. Assim, as distâncias que demarcam ricos e pobres, dominantes e dominados, proprietários e não-proprietários, estarão cada vez mais acirradas, quanto maior for o processo de exploração e superexploração próprios do modelo capitalista, a serviço do qual estará um universo digital onde tudo se conecta em rede, o que nada tem a ver com a tecnologia em si, mas a apropriação desta em um projeto reprodutor da hegemonia capitalista.Defendemos, pois, a ideia de tecnologia associada a perspectiva de criação humana, em um horizonte de emancipação, o que implica, necessariamente, o ato de projetar, na concepção do já citado Vieira Pinto (2005). Ao ato de projetar, corresponde a possibilidade de transformar a realidade concreta, para atender às necessidades humanas. Neste processo gera-se conhecimento, sentido de pertencimento, o que difere radicalmente do uso da tecnologia para aceleração produtiva, alienada e baseada na mortificação do próprio trabalho.Por maior que seja o estranhamento do Serviço Social com o debate das TICs, compreendemos que, não será pela via do provimento de recursos ou de treinamentos e desenvolvimento de ferramentas, que se dará a possibilidade de uma construção estratégica e crítica dentro da profissão, de um caminho onde a tecnologia esteja a serviço de um projeto profissional comprometido com uma sociedade fundamentada e valores opostos ao capitalismo. Compreendemos, portanto, que este caminho se desenhe pela via do inesgotável debate e problematização dos desafios e enfrentamentos da profissão em face do crescimento da onda conservadora que se espraia no país nos últimos tempos e seus rebatimentos no exercício profissional. REFERÊNCIAS BIBLIOGRÁFICAS ANTUNES, Ricardo. Adeus ao trabalho: ensaio sobre as metamorfoses e a centralidade do mundo do trabalho. 4ª edição. São Paulo: Cortez, 1997.______________. Trabalho intermitente e uberização do trabalho no limiar da indústria 4.0. In: ANTUNES, Ricardo (Org.). Uberização, trabalho digital e indústria 4.0. São Paulo: Boitempo, 2020. P. 11-22.______________. Coronavírus: o trabalho sob fogo cruzado. São Paulo: Boitempo. 2020. (recurso digital).  CFESS. Teletrabalho e teleperícia: orientações para assistentes sociais. Rio de Janeiro, 2020.Pandemia GONSALES, Marco. Indústria 4.0: empresas plataformas,  consentimento e resistência. In: ANTUNES, Ricardo. Uberização, trabalho digital e indústria 4.0. São Paulo, Boitempo, 2020. P. 125-137. HARVEY, David. A condição pós-moderna. 2. ed. São Paulo: Loyola, 1993. HUWS, Ursula. A formação do cibertariado: trabalho virtual em um mundo real. São Paulo: Unicamp, 2017. MARX, Karl. Coleção os pensadores. Rio de Janeiro: Abril Cultural, 1978.__________. 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Resumen:

O presente estudo teórico refletiu a problemática da precarização das condições de trabalho do assistente social e seus rebatimentos para a inserção na pesquisa acadêmico-cientifica. O assistente social possui uma autonomia relativa e enquanto trabalhador assalariado lida com a precarização de seu trabalho profissional. Para o Serviço Social, a precarização do trabalho constitui-se em condições objetivas para materialização do direito à qualificação e aprimoramento profissional. Isto porque a correlação de forças é permanente. O objetivo foi conhecer as condições de trabalho do assistente social na atualidade e, identificar os impactos das condições objetivas para a inserção do profissional na pesquisa acadêmico-cientifica. O procedimento metodológico utiliza a pesquisa bibliográfica e documental, com abordagem qualitativa, cuja análise crítica teve respaldo no materialismo histórico e dialético. Os estudos teóricos já realizados apontaram que a precarização do trabalho do assistente social implica em condições objetivas para acesso à qualificação profissional e para realização de pesquisa científica. Parte do pressuposto que a pesquisa é intrínseca a profissão e que a produção de conhecimento é elemento constitutivo do Projeto Profissional do Serviço Social (TEIXEIRA; BRAZ, 2009).  Nesse sentido, a pesquisa é considerada como atribuição expressa no âmbito da formação e como elemento indispensável ao trabalho profissional porque permite a aproximação do profissional com a realidade social dos sujeitos.  Dentre os princípios do Código de Ética está o ‘compromisso com a qualidade dos serviços prestados à população e o aprimoramento intelectual, na perspectiva da competência profissional’. Ainda o artigo 2º, alínea ‘f’ trata do direito ao aprimoramento profissional de forma contínua e, na alínea ‘i’ trata da realização de estudos e pesquisas com os usuários’. O artigo 5º aponta o dever de devolutiva sobre estudos e pesquisas realizadas com usuários devem atender aos interesses da classe trabalhadora, cabendo ao assistente social informar o procedimento de coleta de dados aos sujeitos da pesquisa (CFESS, 2012).  O Código de Ética deixou evidente que a pesquisa é parte do trabalho profissional do assistente social. Assim, como a Lei de Regulamentação da profissão, por isso as Diretrizes da ABEPSS orientam a formação profissional em três núcleos fundamentais: Fundamentos teórico-metodológico da vida social; Formação sócio histórica da sociedade brasileira e, Fundamentos do trabalho profissional (ABEPSS, 2002). A pesquisa foi inserida como núcleo fundamental do trabalho profissional, pois é inerente a atitude investigativa do assistente social. Mas se a pesquisa é inerente as atribuições profissionais do Serviço Social e qualifica o exercício profissional, porque não se cria condições objetivas para imersão do profissional na pesquisa cientifica?  Ocorre que o neoliberalismo aliado as novas configurações do processo de trabalho, os assistentes sociais enfrentam muitos desafios que impactam na possibilidade de inserção na pesquisa científica e na produção do conhecimento, especialmente pelas condições objetivas do trabalho profissional. O assistente social é parte da classe trabalhadora, pois vende sua força de trabalho mediante pagamento de salário. Portanto, é subordinado ao mercado de trabalho, seja em âmbito público, privado ou terceiro setor, através da exploração da força de trabalho vivo. Enquanto trabalhador assalariado o assistente social lida com a correlação de forças, disputas de projetos, determinações institucionais, conflito de interesses, entre outros. A autonomia do assistente social está associada a formação crítica para apreensão das competências e atribuições, conforme determina o projeto profissional. Assim, o exercício de um trabalho com autonomia depende de condições subjetivas do profissional.  Mas por outro lado, como ressalta Silva e Trindade (2020) as condições subjetivas por sí só não garantem um bom desempenho profissional, tendo em vista que o trabalho do assistente social se insere em relações contraditórias entre as classes antagônicas. Nesse sentido, responder as requisições da instituição carece de uma análise subjetiva, conforme sua bagagem teórica, ética e crítica para interpretação das demandas posta na realidade e a para a criação de alternativas. Assim, a conduta do profissional pode se adequar aos interesses institucionais, assim como contribuir para ampliação de direitos da classe trabalhadoraO neoliberalismo e a precarização do trabalho impuseram novas requisições institucionais que podem afastar o profissional da reflexão crítica do seu fazer profissional. Essas mudanças refletem no trabalho de assistentes sociais, nos diferentes espaços ocupacionais, pois o cotidiano profissional é guiado pela lógica de mercado. Os serviços sociais incorporam a lógica da produção capitalista pautados nas concepções de produtividade e intensificação do trabalho, impondo novos contornos ao mercado de trabalho de assistentes sociais para atender as novas requisições e demandas institucionais. Isso exige capacitação acadêmica para apreensão da totalidade social. (IAMAMOTO, 2009).Iamamoto (2015) apontou alguns desafios enfrentados no trabalho profissional do assistente social na atualidade, como: contrarreformas, retirada de direitos, precarização do trabalho, adoecimento mental, entre outros. Vivencia-se a crise de mundialização do capital financeiro e suas consequências atingem a classe trabalhadora. Constata-se a ampliação do desemprego estrutural e o acirramento das expressões da questão social. Esse contexto de precarização do trabalho implica em profissionais mal remunerados, jornadas de trabalho excedentes, acúmulo de funções, rotatividade, entre outras, que inviabilizam o exercício profissional e colocam em risco o atendimento das demandas e da qualidade dos serviços prestados, enfim, constitui-se um obstáculo para viabilização dos direitos historicamente conquistados. Esse entendimento é essencial para a compreensão dos limites da profissão no modo de produção capitalista. A contradição é inerente a totalidade social, consequentemente, acompanha o assistente social em seu cotidiano. A correlação de forças entre a autonomia profissional e as determinações institucionais será permanente.  Por isso ratifica-se a necessidade de uma formação ético-crítica que possibilitará desvendar desafios colocados no cotidiano pela lógica do capitalLogo, compete ao(a) assistente social munido de suas condições subjetivas ser um profissional capacitado para intervir de forma estratégica no desempenho de suas atribuições e competências. Assim, terá subsídios para enfrentamento das condições objetivas que limitam o trabalho profissional à burocracia e as requisições institucionais. Enfim, faz-se necessário o enfrentamento dos limites institucionais para garantia do acesso e permanência na pós-graduação, pois a imersão na pesquisa científica permitirá ao assistente social aprofundar o conhecimento acerca dos sujeitos e da realidade social, pois uma intervenção qualificada depende de conhecimento teórico-crítico.

Resumen:

Este trabalho de revisão bibliográfica é parte da pesquisa empírica que resultou na tese: A Política Nacional de Educação Permanente do Sistema Único de Assistência Social: Trabalho e Educação na Consolidação do SUAS. Visa contextualizar o trabalho no âmbito da política de assistência social, no Sistema Único de Assistência Social – SUAS, a partir da análise do Censo do Sistema Único de Assistência Social CensoSUAS 2019. A gênese deste estatuto sócio-ocupacional está vinculada à consolidação e desenvolvimento do capitalismo monopolista que para responder à maximização dos lucros pelo controle dos mercados, adota mecanismos de intervenção extraeconômicos, que refuncionalizam e redimensionam o Estado. Na ordem monopólica, a intervenção do Estado ocorre de forma contínua e sistemática, vinculando funções políticas com funções econômicas, atuando para garantir todas as condições à acumulação e valorização do capital além da reprodução ampliada do capital por meio da preservação e o controle da força de trabalho ocupada e excedente, na qual o Estado implanta os sistemas de previdência e segurança social na garantia de proteção social aos trabalhadores. Essa dinâmica, não se encerra na implantação de políticas sociais setoriais, mas ao processo de disputas e alianças decorrentes da implementação das políticas sociais setoriais no âmbito do Estado e na relação deste com a sociedade. É na correlação de forças sociais que se instaura o estatuto ocupacional para diversas categorias técnico-profissionais especializadas. A intervenção sobre as sequelas da questão social, se dá pela esfera pública em interação com instituições privadas da sociedade civil, que pautadas no pensamento conservador, são tratadas sob a psicologização das relações sociais que é inteiramente compatível com a cultura burguesa. Está dado o contexto em que os profissionais se localizam no espaço particular da estrutura sócio ocupacional no âmbito do Estado, nas políticas sociais setorizadas, posto pelas necessidades e demandas sociais da realidade da sociedade monopólica. No Brasil, o capitalismo monopolista se inscreveu a partir de fins da década de 1950, e se consolidou após o golpe de 1964. A concomitante resposta estatal no que se refere às políticas sociais setoriais, se deu de maneira fragmentada, pontual, como forma de atender os interesses do capital em detrimento da desmobilização da organização política dos trabalhadores. Na especificidade da política social de assistência social, é imprescindível, compreende-la como ações pautadas na lógica do favor, do clientelismo, do apadrinhamento e do poder de mando, que explicitam a cultura política brasileira, caracterizando-se como “não política” quando tangenciada no conjunto de políticas sociais de natureza pública. A assistência social carrega em seu cerne o lastro conservador confessional, calcado na caridade e na filantropia, cujas ações sociais eram praticadas por damas da caridade e voluntários, que possuíam a vocação de servir ao próximo, sendo este o dever do cristão de espírito nobre. A partir da Constituição Federal de 1988, a assistência social foi inscrita como política social, de responsabilidade pública, endógena à seguridade social brasileira, juntamente com a saúde e previdência social, ou seja, se inscreve no âmbito da proteção social brasileira. Mediante a regulamentação do artigo 194 da Constituição Federal, com a aprovação da Lei Orgânica da Assistência Social – LOAS, em 1993, que este campo se consolida como direito social não contributivo, a quem dela necessitar, cujos princípios enaltecem as necessidades sociais dos cidadãos, a universalização dos direitos sociais, o respeito à dignidade e à autonomia dos cidadãos, o direito a ter direitos, a igualdade com equidade e o direito à informação. Como política pública, se transformou em Política Nacional de Assistência Social em 2004, (PNAS), cuja operacionalização em todo território nacional decorre por meio do Sistema Único de Assistência Social – SUAS. O SUAS é constituído por um conjunto de serviços, benefícios e programas socioassistenciais, a serem implementados por níveis de proteção social: proteção social básica e proteção social especial de média e alta complexidade. Diversas legislações foram criadas para regulamentar e normatizar o SUAS com a implantação dos diversos equipamentos públicos e setores organizacionais de assistência social. Outro determinante é a contrarreforma do Estado, que sob a ótica de redução do gasto público, adotou medidas de austeridade fiscal que resultou na destituição de direitos sociais, no desfinanciamento de política sociais, no processo de privatização, aprovou novas regulamentações que possibilitam a transferência de recursos públicos para setores privados, a lei da terceirização dos serviços, dentro outras medidas. Compreendemos que o trabalhador do SUAS é um trabalhador que vende a sua força de trabalho em troca de salário, e, portanto, é um trabalhador assalariado, que possui um contrato de trabalho, cujas relações de trabalho são mobilizadas pelos constrangimentos da alienação e das determinações sociais que abatem a coletividade dos trabalhadores na sociabilidade do capital. E como tal, admite a apropriação de parâmetros institucionais e trabalhistas que regulam as relações de trabalho, estabelecidas no contrato de trabalho que indicam as condições em que este trabalho se realiza: intensidade, jornada, salário e controle do trabalho. Todas as atividades de trabalho são atravessadas pelas demandas sociais que expressam necessidades dos sujeitos, que se transformam em demandas profissionais, são reelaboradas sob a ótica do Estado/SUAS que responde sob a forma de serviços e benefícios socioassitenciais.  Sendo assim, os trabalhadores do SUAS atuam no âmbito da reprodução das relações sociais, pois se inscrevem na operacionalização dos serviços sociais, materializados em direitos sociais. Estes/as trabalhadores/as, intervém na realidade social,  considerando os aspectos particulares das condições de vida da população em relação às demandas pelos serviços sociais, acolhem os indivíduos e famílias a partir de suas necessidades e processam o trabalho social por meio de atendimentos, orientações, encaminhamentos, acompanhamentos, inserção em projetos, programas e em serviços próprios da política de assistência social ou para outras políticas sociais setoriais, ou ainda para outras instituições que fazem parte da rede socioassistencial, mediante o registro e o sigilo das informações. Portanto, mediante o trabalho social desenvolvido, constrói um vínculo social com os e as sujeitos/as usuários/as dos serviços, fundado nos princípios éticos para os trabalhadores da política de assistência social.