Propuesta del Panel:
El campo de la salud mental en Uruguay se presenta como un campo complejo, atravesado por múltiples determinantes socio-históricos, institucionales y normativos, y caracterizado por un predominio del saber médico psiquiátrico. En términos de Bourdieu, este campo puede ser catalogado como un campo atravesado por distintos agentes y sus capitales en disputa.En Uruguay, el modelo de atención a la salud y la enfermedad mental se ha caracterizado por un fuerte predominio del modelo asilar monovalente. Los principales servicios existentes en nuestros país son el Hospital Vilardebó y el Centro de Rehabilitación Médica Ocupacional y Sicosocial (ex-Colonias Bernardo Etchepare y Santín Carlos Rossi), ambos creados en las dos primeras décadas del siglo XX. A pesar de ello, a partir de la segunda mitad del siglo XX, comienza un proceso de discusión acerca del potencial terapéutico del hospital psiquiátrico, y paulatinamente, se plantea una reforma con una tendencia al desarrollo de servicios comunitarios y descentralizados, con énfasis en el primer nivel de atención, la asistencia y la rehabilitación.Expresión de estos dos momentos son: la promulgación de la ley del psicópata (ley 9.581) en 1936, que reguló la asistencia a la salud y la enfermedad mental; la creación del Patronato del Psicópata, en 1949; y posteriormente, como expresión de la segunda etapa, el Programa Nacional de Salud Mental en 1986.En términos de dispositivos de atención, en esta segunda etapa y a partir de la década de 1990, se abrieron gran cantidad de servicios de atención con un enfoque psicosocial y conformados por equipos multidisciplinarios, tanto en el sector público como en el privado.También, como parte de esta reforma, se crearon los Equipos comunitarios de salud mental pertenecientes a la Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE) que operan en el primer nivel de atención en salud y desarrollan, además de una función asistencial, acciones de promoción en salud y prevención de la enfermedad, con un enfoque comunitario y participativo.Otros tres hitos relevantes en términos normativos en las últimas décadas constituyen: en 2007, la creación del Sistema Nacional Integrado de Salud (ley 18.211); en 2011, el Plan de Prestaciones en Salud mental y en 2017, la derogación de la ley del psicópata y la promulgación de la ley 19.529, que establece un cambio sustancial en la atención de la salud mental basado en un enfoque de derechos humanos, con una perspectiva psicosocial, comunitaria y descentralizada, con un fuerte componente de trabajo intersectorial. Un componente esencial de este cambio normativo, es que establece el cierre de los hospitales psiquiátricos en 2025 y su sustitución por servicios de internación en hospitales generales.En lo que respecta al Trabajo Social y según se expresa en su Plan de Estudios 2009 (Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de la República) el Trabajo Social es una disciplina “cuyo objetivo es la intervención, dirigida al abordaje de problemas sociales (que se constituyen en su objeto), desde la práctica (fundamentada en la teoría social) y con los sujetos involucrados en ella, apuntando a la mejora de su calidad de vida y al desarrollo de sus potencialidades no resueltas. El Trabajo Social interviene en el marco de políticas sociales en instituciones públicas, privadas o mixtas”.Las primeras formas de inserción del entonces Servicio Social en el campo de la salud mental se pueden rastrear entre 1935 y 1940, concretamente desempeñando funciones educativas en el espacio familiar, en el seguimiento de situaciones particulares con la técnica de la visita domiciliaria y la ficha social, siempre bajo la indicación médico-psiquiátrica. Paulatinamente y conforme se avanzó en la creación de otros dispositivos asistenciales, y el trabajo social se fue consolidando como profesión reconocida y autónoma en el campo de las ciencias sociales, es que sus funciones se fueron ampliando. Así, la profesión pasó a integrar casi naturalmente cualquier equipo de trabajo multidisciplinario desempeñando principalmente funciones asistenciales y de gestión de recursos, socio-educativas y pedagógicas.Es posible destacar que los recientes cambios normativos integran al Trabajo Social en todo el proceso de abordaje a la salud mental y se reconoce su intervención como esencial, en cualquier intervención psicosocial.El objetivo del panel es discutir la inserción que ha tenido el Trabajo Social en el campo de la salud mental, cuáles fueron los cambios en las demandas que históricamente se le han realizado, qué funciones cumple actualmente y cómo éstas están determinadas por los cambios normativos, institucionales y culturales.El panel contará con cinco ponencias en las que se destaca la descripción y análisis del quehacer profesional, en muchos casos a partir de testimonios de colegas que trabajan en diversos dispositivos. En las presentaciones se describen las distintas funciones y tareas del trabajo social y cuáles son las perspectivas y los desafíos de intervención en función de la promulgación de la ley 19.529 y de la ley de Reglamentación del Trabajo Social de 2019.