Resumen:

La ponencia presenta los resultados de una investigación que tiene por objetivo describir las distinciones del cuidado desde la perspectiva del género que poseen las personas cuidadoras, a partir de la experiencia biográfica que poseen en el cumplimiento de ese rol especializado. Conceptualmente, el cuidado puede ser definido como aquel apoyo brindado a sujetos dependientes que presentan una reducida autonomía para realizar actividades de la vida diaria como el cuidado personal, actividades domésticas básicas, movilidad esencial, reconocer objetos, orientarse, entender, ejecutar órdenes, entre otras (SENADIS, 2017). Asimismo, las prácticas de cuidado, cuentan con diferentes oferentes, los que de acuerdo a la literatura pueden clasificarse en dos perfiles generales. El primer perfil corresponde al cuidador formal, quien brinda apoyo con mayor especialización que la persona cuidada, siendo remunerado, y pudiendo enmarcar su tarea en una institución pública, privada o realizar sus acciones en forma independiente (Sorj, 2014). El segundo perfil corresponde al cuidador informal, quien brinda apoyo de manera voluntaria, sin remuneración sistemática y sin el respaldo de una institución u organización social pública o privada de por medio, sustentándose la mayoría de las veces en el contexto familiar o afectivamente significativo (Batthyany, et. al, 2017; Genta, 2017).En el esfuerzo por desagregar la noción de esta práctica de cuidado desplegada por esta diada, la socióloga Karina Batthyány (2021) propone tres ámbitos para analizarla, los que corresponden a los siguientes: i) la dimensión material, que implica hacer el trabajo en sí mismo; ii) la dimensión económica que involucra su costo; y iii) la dimensión psicológica, la que a su vez entraña emociones y afectos (Aguirre, et al, 2014). Estas dimensiones construyen en su conjunto el propósito del trabajo de cuidado, el que siguiendo a Tronto (2017) corresponde a mantener, continuar o reparar el mundo, para así poder vivir en él de la mejor manera posible, teniendo como fin último el sostenimiento de la vida. Estas nociones subrayan la dimensión relacional del cuidado, constituida por aquellos vínculos construidos entre la persona que brinda cuidado y la persona dependiente que requiere ser cuidada, generando una relación interdependiente que está marcada por la generización, es decir, por la influencia que el género posee en la práctica del cuidar (García y Urbina, 2021). Desde la perspectiva del género, estudios recientes describen el cuidado como una práctica mayoritariamente femenina, identificándolas con un rol histórico, caracterizado por la maternalización, la individualización y la sobrecarga, poniendo énfasis en su dimensión afectiva. Como contraparte, las prácticas de cuidados desarrollados por hombres cuidadores son minoritarias y mantienen las características anteriores, sumando un énfasis en la dimensión material de cuidado, particularmente en la eficiencia en la gestión (Sánchez, 2014). No existen estudios que aporten evidencia de las diferencias de género respecto de las personas dependientes a su cargo y de la influencia de esta diferencia  sobre las prácticas de cuidado.Metodológicamente se desarrolla una investigación cualitativa de tipo exploratoria-descriptiva,  con perspectiva fenomenológica y de enfoque narrativo. Para la recopilación de la información se aplicó técnica de entrevista biográfica a personas cuidadoras formales de las comunas pertenecientes a Valparaíso Metropolitano, Chile; que contaran al menos 5 años de desempeño continuo en su tarea especializada. Coincidente con los planteamientos conceptuales, la totalidad de las personas participantes contactadas para el estudio correspondieron a mujeres cuidadoras. La representatividad muestral cualitativa se definió desde saturación teórica, a través de contacto intencionado por modalidad de snowball o bola de nieve. El guion temático se focalizó en las materialidades que constituyen la práctica del cuidado y las distinciones narrativas asociadas al género de las personas cuidadas, contextualizando las respuestas en las experiencias biográficas referidas por las mujeres cuidadoras participantes de la investigación. La información fue analizada desde en el enfoque narrativo, a partir de categorías inferenciales válidas y reconocibles en el marco conceptual definido para el estudio. Los resultados obtenidos fueron validados por triangulación de técnicas, juicio experto e interanálisis. Las consideraciones éticas de la investigación cautelaron condiciones de voluntariedad en la participación de las mujeres cuidadoras, junto con compromiso de anonimización y confidencialidad  en el tratamiento de los datos. Los resultados obtenidos indican que en el caso de mujeres cuidando mujeres dependientes, las prácticas y saberes de cuidado adquiridas a lo largo del curso de vida por la feminización de esta actividad propician la aparición de elementos que facilitan a las mujeres asumirse en situación de dependencia, especialmente en sus dimensiones material y psicológica, facilitando la tarea de cuidado ejecutada por sus pares. En consecuencia, sus narrativas se construyen en torno a una relación simétrica que valora positivamente el cuidado y actualiza eventos vitales en los que fue requerido transitoriamente, destacando en ese repertorio los eventos de maternidad y crianza. En el caso de mujeres cuidando a hombres dependientes, se develan narrativas que reflejan la distancia masculina con las prácticas del cuidado a lo largo de su trayecto vital, expresadas en dos relaciones de carácter asimétrico. En la primera, el hombre dependiente se sitúa en un lugar de poder por sobre la mujer cuidadora, al significar el cuidado en su dimensión económica, como servicio o prestación remunerada. En la segunda, la relación se invierte, asumiendo características de maternalización,  especialmente en situaciones de invalidez severa, cuidados paliativos y alivio del dolor.Se concluye que las prácticas de cuidado deben considerar los determinantes de género presentes en la diada persona cuidada-persona cuidadora, comprendiendo su influencia bidireccional en la trama de cuidado a nivel microsocial, la que se constituye en un elemento estratégico a considerar en la tarea de construcción de un sistema integral de cuidados basado en los principios de justicia social y perspectiva inclusiva de género.  

Resumen:

O artigo discute à luz do materialismo histórico dialético o trabalho do assistente social junto à população em situação de rua em um pequeno município localizado no estado de Goiás, Região Centro Oeste do Brasil, com objetivo de depreender as ações e interlocuções no atendimento das necessidades dessa população e o alcance dos direitos sociais materializados pela Política de Assistência Social. Para tanto, o estudo articula revisão bibliográfica, pesquisa documental e de campo com assistentes sociais que atuam no Centro de Referência Especializado de Assistência Social (CREAS) no município lócus do estudo. Entende-se, a partir das reflexões trazidas neste artigo que em meio a uma sociedade marcada pela desigualdade social e supervalorização do capital em detrimento do respeito aos direitos inalienáveis do ser humano, as pessoas em situação de rua expressam uma das mais dramáticas manifestações da questão social – portanto objeto de atuação do assistente social, que ultrapassam os grandes centros urbanos e alcançando também as cidades de médio e pequeno porte. A vista disso, o avanço da política neoliberal consolida o enxugamento do Estado na área social resultando no espraiamento da desigualdade social e exponenciação da questão social. Com isso, homens e mulheres em número crescente vivem à margem de direitos básicos como saúde, educação, trabalho, moradia, renda, proteção social, dentre outros. Dando mostras do processo de exclusão, violência e negação dos direitos humanos que são sucumbidas às pessoas em situação de rua, constantemente com a não garantia e acesso aos direitos sociais conquistados pela Constituição federal de 1988, constituindo-se assim como sujeitos a margem de uma sociedade que exclui e estigmatiza. Por assim entender, a Politica Nacional para Inclusão Social da População em Situação de Rua (2008) enfrentar o revés no financiamento das ações, marcadas pela seletividade e fragmentação. Em decorrência disso, no enfrentamento por parte do Estado do fenômeno da população em situação de rua, não se observa um movimento para entender as causas como parte de um processo histórico carregado de contradições, há sim, uma ação deliberada dos poderes públicos no trato desta questão, marcada pelo compromisso com os interesses do capital.Ao voltar-se para essa realidade, tudo que foge à regra, ao esperado, vem carregada de constrangimentos, de discriminação, de preconceitos que se manifestam de diferentes formas, em que a população em situação de rua é frequentemente impedida de entrar em locais públicos como transporte, serviços de saúde, outros órgãos públicos, assim como em estabelecimentos comerciais. Isso evidencia o processo de subalternidade e invisibilidade enfrentado por essa população sucumbida ao preconceito, a discriminação, a falta de condições mínimas para sua sobrevivência, enfim com as desigualdades sociais existentes na sociedade, expressas na contradição da relação capital/trabalho, requer políticas sociais articuladas que possam assegurar o acesso aos direitos. Nesse sentido, importa ao estudo também, destacar os direitos sociais assegurados à pessoa em situação de rua, uma vez que sua permanência e crescimento têm desafiado as ações de políticas públicas, com ênfase no âmbito da política pública de assistência social, resultado das lutas históricas empreendidas pela classe trabalhadora e assegurada pela Constituição Federal de 1988. Assim, a assistência social constitui-se em Política de Proteção Social de responsabilidade estatal articulada a outras políticas sociais, destina-se à garantia da cidadania, regulamentada pela Lei Orgânica da Assistência Social (LOAS) em dezembro de 1993.  Este processo resulta na articulação nacional, envolvendo manifestações de diversos segmentos da sociedade, e garantiu em 2004, a aprovação da Política Nacional de Assistência Social (PNAS), na qual possibilita a inserção de assistentes sociais nos vários espaços ocupacionais como Centro de Referência de Assistência Social (CRAS), Centro de Referência Especializado de Assistência Social (CREAS) comprometidos na efetivação e ampliação do acesso da população aos direitos sociais. No tocante à população em situação de rua compreende o serviço especializado de Proteção Social Especial de Média Complexidade, tem por finalidade assegurar o atendimento e o desenvolvimento de atividades de sociabilidade. Com propósito do fortalecimento de vínculos interpessoais e familiares, como forma de contribuir para a construção de novos projetos e trajetórias de vida. Deve, também, proporcionar endereço institucional para utilização do usuário para fins de referência, promover o acesso a espaços de higiene pessoal, alimentação e provisão de documentação civil. Organizar o sistema de registro dos dados de pessoas em situação de rua, permitindo, assim a localização da família, parentes e pessoas de referência. Ressaltando-se, as ações do CREAS são desenvolvidas pela equipe composta além do/a assistente social, psicólogo/a, advogado/a e orientadores/ as sociais. Nesse chão de incertezas, de banalização da vida e agudizamento da questão social, o assistente social é desafiado a responder a construir propostas de trabalho criativa, ética e propositiva às expressões da questão social, fundamentadas nos valores e princípios norteadores do Código de Ética do assistente social (IAMAMOTO, 2001).  O trabalho do assistente social junto à população em situação de rua é orientado em prol da superação de todas as formas de discriminação, garantir o acesso dessa população aos bens e serviços das políticas sociais, assim, efetivando direitos.Diante dessa realidade marcada pela lógica excludente do capital é necessário salientar, a luta e a resistência empreendida pela população em situação de rua para acesso aos direitos humanos, bem como os avanços no marco da assistência social para esse segmento, mas, não finda as contradições que perpassam essa política e impõe desafios ao cotidiano profissional do assistente social, pois vem sendo consolidada em meio ao aprofundamento do projeto neoliberal, incorporando respostas focalizadas às necessidades e aos direitos sociais, tornando a questão social e suas expressões complexas. Com isso, verifica-se uma tendência à naturalização do fenômeno da população em situação de rua, distanciando o seu acesso aos serviços de proteção, intensificando assim, a violação de direitos e o desrespeito a esse segmento.  REFERENCIASIAMAMOTO, Marilda. A Questão Social no capitalismo. In: Temporalis/ABEPSS. Ano II, n.3 (jan./ jun. 2001). ABEPSS: Brasília (DF). 2001.

Resumen:

Los Estados del Bienestar europeos se han estructurado, desde sus inicios, en base a cuatro pilares fundamentales: educación, sanidad, pensiones y servicios sociales. La plena participación de las personas en cada uno de estos ámbitos y en los diferentes espacios de la vida social (mercado de trabajo, mercado de bienes y servicios, espacios de decisión política, organización de la vida comunitaria, sistemas de protección social, relaciones socio-familiares y comunitarias) suponen la plena inclusión social y, por tanto, el ejercicio de la plena ciudadanía (Guillén et al., 2016). La Unión Europea (UE), identifica como mecanismos de exclusión social aquellos a través de los cuales “se niega a los individuos y a los grupos pertenecientes a una sociedad, su participación en los intercambios, las prácticas y los derechos sociales que les son imprescindibles para la integración social y para su identidad social y personal” (Comité de las Regiones. Consejo de la Unión Europea (2014).La vivienda desempeña un papel fundamental dentro del espacio social de la exclusión, ya que supone un importante factor de integración social, de manera que las carencias en este ámbito pueden convertirse en la causa que desencadenan el resto de los procesos de exclusión (Grau et al., 2016; Uribe, 2015). La consideración de la vivienda como un elemento fundamental para posibilitar una vida digna, está reconocido por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, cuando supone que: “el derecho humano a una vivienda adecuada es el derecho de toda mujer, hombre, joven y niño a tener y mantener un hogar y una comunidad seguros en que puedan vivir en paz y con dignidad” (Relator Especial de Naciones Unidas, 2008). Sin embargo, en lo que a España se refiere, la garantía del acceso a la vivienda, como derecho universal y componente fundamental del bienestar  y la autonomía de los individuos, (junto con la educación, la sanidad, pensiones, servicios sociales, mercado de trabajo, etc.), no ha sido asumida como una obligación por parte de los poderes públicos (Fernández, 2015), aún a pesar de incipientes iniciativas dirigidas principalmente a la aprobación de una ley estatal que garantice el derecho a la vivienda.La Federación Europea de Organizaciones Nacionales que trabajan con personas sin hogar (FEANTSA), despliega, a partir de los 90 del pasado siglo XX, un nuevo marco conceptual en un momento socio-histórico en el que emergen nuevos fenómenos y personas sin hogar con perfiles distintos a los tradicionales. Se incorporan, por parte de la sociología, marcos teóricos que rompen la dicotomía individual-estructural para ampliarla y superarla con explicaciones de carácter relacional e institucional, incorporando la multicausalidad y la comprensión de este problema como un proceso, un continuo de situaciones de exclusión de una vivienda adecuada (Fernández Evangelista, 2015). Desde esta perspectiva, el Observatorio Europeo del sinhogarismo (EOH) desarrolló una tipología de personas sin hogar y en situación de exclusión residencial (ETHOS) con el propósito de contribuir a la mejora, integración y coherencia de las políticas de prevención y atención del problema (Cabrera y Rubio, 2008). La tipología ETHOS (European Typology of Homelessness and Housing Exclusion), formulada inicialmente en 2005 y revisada en años posteriores, describe cuatro categorías conceptuales que se subdividen en un total de trece categorías operativas y 24 subcategorías situacionales. Las cuatro categorías a las que hacemos referencia son: Sin techo (sin alojamiento de ningún tipo); Sin vivienda (viviendo en un alojamiento temporal, en albergues u otros dispositivos de media-larga estancia); Vivienda insegura (viviendo bajo amenaza de desahucio, en situaciones de arrendamiento precario o de violencia de género); y Vivienda inadecuada (viviendo en chabolas, en alojamientos que incumplen la normativa sobre habitabilidad o en situación de hacinamiento). Sin embargo, a pesar del crecimiento de las situaciones de sinhogarismo y exclusión residencial, que identifica la Estrategia Nacional Integral de personas Sin Hogar (2015-2020) en España ((Ministerio de Sanidad Servicios Sociales e Igualdad, 2015), estas situaciones han demostrado ser difícilmente cuantificables, señalándose la invisibilización de gran parte del fenómeno. Algunos de los motivos se pueden achacar a la dificultad de muestrear, identificar, encontrar o contactar a las personas que se encuentran en estas situaciones (Schepers y Nicaise (2017), pero también a la heterogeneidad y escasa validación de los instrumentos y metodologías utilizados en el análisis de situaciones de exclusión residencial. En el presente trabajo se analizan los distintos sistemas y metodologías utilizados para contabilizar las situaciones de sinhogarismo en España, entre las que se encuentran las encuestas dirigidas a centros y servicios para personas sin hogar, las encuestas dirigidas a personas atendidas en servicios para personas sin hogar y los recuentos nocturnos, entre otras. La metodología utilizada para la presente investigación se centra en un análisis bibliográfico y documental a partir de la utilización de bases de datos como el catálogo SIIS Centro de Documentación y Estudios, Web of Science (WOS), Redalyc, Scielo y Dialnet, así como publicaciones del Observatorio Europeo del Sinhogarismo (EOH). Posteriormente se analiza un estudio de caso en base a la experiencia en Mallorca (Islas Baleares-España), desde 2015 a la actualidad. Se incorpora a este análisis una perspectiva de género por considerar a las mujeres especialmente vulnerables ante la exclusión residencial, y aún más invisibilizadas por el hecho de que el sinhogarismo femenino normalmente se muestra en otras situaciones de exclusión residencial diferentes a vivir en la calle (Asociación Realidades 2022).Los resultados preliminares apuntan hacia la necesidad de establecer principios y características básicas del sistema de recogida de datos, en referencia a la información necesaria, objetivos, agentes implicados; identificar las características de los centros y servicios objeto de investigación a partir de la organización de éstos según la tipología ETHOS; y establecer criterios para la elaboración de instrumentos de recogida de datos, como cuestionarios, formularios etc. Todo lo cual se hace imprescindible a la hora de intervenir, desde el trabajo social, con las distintas tipologías y situaciones de personas sin hogar y exclusión residencial. 

Resumen:

No período de 2020 a 2022, o mundo foi assolado pela pandemia da covid-19, que provocou uma alteração substancial na construção das relações humanas e sociais. É notório a forma errante adotada pelo governo brasileiro no combate a pandemia, desde a ausência de um comitê de crises, até a falta de transparência nas ações que possibilitassem a diminuição da circulação do vírus e a compra de imunizantes.No Brasil, nos primeiros meses do ano de 2020, o governo federal estabeleceu por meio da Lei 14023/2020, as profissões consideradas essenciais no combate a pandemia, dentre elas o Serviço Social. A implantação das políticas sociais é uma das estratégias do Estado para o enfrentamento das expressões da questão social, decorrentes do pauperismo, das precárias condições de trabalho, do desemprego estrutural e das expressões da violência que assolam a sociedade. A atuação nas políticas sociais como trabalhadores assalariados requer de assistentes sociais um constante processo de análise acerca das contradições constitutivas da sociedade capitalista, capturando as relações hierarquizadas e desiguais estabelecidas entre as classes sociais e as questões que fundamentam a lógica predatória do capital. Em tempos pandêmicos, é requerido de assistentes sociais o planejamento e execução de ações e atividades direcionadas aos usuários, respondendo as necessidades agravadas pelo distanciamento social, desemprego, os agravos de saúde, convivência sociofamiliar etc. Em decorrência das alterações das condições de trabalho, os assistentes sociais foram provocados a alterar as formas de utilização da linguagem, absorvendo as tecnologias de comunicação e informação – TICs, como parte das estratégias para a execução do seu exercício profissional.Assim, o artigo tem por objetivo apresentar o modo como assistentes sociais utilizam as TICs no seu exercício profissional. A pesquisa baseia-se na revisão de literatura e na análise dos documentos e normativas elaboradas pelo Conselho Federal de Serviço Social – CFESS.A partir da adoção de medidas de trabalho remoto, ainda em 2020, o CFESS publicou duas notas técnicas, uma sobre o teletrabalho e a outra sobre a comunicação de óbitos. Outro documento importante foi o CFESS Manifesta sobre a pandemia e as implicações no trabalho de assistentes sociais. Destaque também para o conjunto de matérias e informações denominada “Serviço Social contra a covid-19”, que apresenta tanto as questões relacionadas a pandemia, como as possibilidades de realização do trabalho de assistentes sociais, atendendo a um dos deveres previstos no Código de Ética de 1993, que é a participação em programas de socorro a população em consequência de calamidades, a exemplo da pandemia da covid-19.A leitura analítica dos artigos publicados no período de 2020 a 2021 sobre o trabalho em tempo de pandemia e as publicações do CFESS, nos possibilitou a construção de sínteses acerca da absorção das TICs no trabalho cotidiano. Identificamos que a análise acerca do uso das referidas tecnologias associa-se a intensificação e a precarização do trabalho de assistentes sociais, que ocorre majoritariamente nos serviços e é carregado de determinações que acarretam ineficiência nas ações realizadas pelos profissionais. Neste sentido, o trabalho se dará sob a lógica do modelo produtivo, por meio do qual são estabelecidos metas e arranjos interventivos, trabalho precarizado e flexibilizado, exigindo do profissional a execução de multitarefas, participando de “um conjunto de atividades comuns a todos os trabalhadores”, identificado pela desespecialização, com a criação dos trabalhadores multifuncionais, diminuindo o poder do trabalhador de expressar conhecimentos sobre o próprio trabalho e, na mesma medida, aumentando a intensidade do trabalho. Sob essa condição, o assistente social é tensionado a disputar espaços de trabalho com outros profissionais, além de se adaptar a normativas, rotinas e determinações institucionais que não foram por ele pensadas, mas interferem no seu trabalho. É notório os impactos da pandemia nas relações de trabalho, o que torna visível sua precarização. Mesmo entendendo que esse movimento é um fenômeno mundial, que se particulariza dependendo das características do desenvolvimento econômico do capitalismo, a pandemia acentua e escancara o quanto são frágeis e cada vez mais precárias as relações de trabalho. A análise realizada indica que o trabalho e o trabalhador estão a serviço do capital, e, o desenvolvimento econômico apresenta um ritmo, uma velocidade que difere do desenvolvimento social, expresso no aumento da produtividade, ampliando os mecanismos da mais valia.Outra síntese construída diz respeito a apropriação do uso das TIC como estratégia para fazer chegar aos usuários as informações sobre seus direitos e como veículo de propagação de informações acerca da oferta de serviços sociais. Identifica-se que em tempos pandêmicos, os profissionais são levados a ampliar as possibilidades de uso da linguagem, envolvendo a necessidade e capacidade de utilização das TICs, destacando as mídias sociais, os aplicativos, as chamadas de vídeo. O uso recorrente das TICs é observável uma vez que parcela dos profissionais passa a realizar trabalho remoto.A Lei n.º 8.662, de 07 de junho de 1993, que regulamenta a profissão, estabelece em seu artigo 4º, inciso III, que uma das competências do assistente social é “prestar orientação social a indivíduos, grupos e à população”. Destaca-se que o modo como os assistentes sociais planejam, elaboram e executam as ações interventivas difere das demais profissões, uma vez que na maioria das vezes as respostas profissionais nem sempre ocorrem dentro do espaço sócio-ocupacional, ou seja, requer a articulação com a rede de serviços, e a construção de ações intersetoriais. Esta característica pode parecer aos demais trabalhadores que as ações interventivas construídas pelos assistentes sociais são difusas, comprometendo o resultado. Durante a pandemia, o uso das TICs como estratégia de aproximação aos demandatários dos serviços de assistentes sociais, exige a construção de uma linguagem compreensível, objetiva, para que se qualifique o conteúdo expresso pelo profissional.Desta forma, o entendimento da importância da linguagem no trabalho do assistente social se apresenta fundamental e permite compreender de que forma os saberes e fazeres indissociáveis do trabalho profissional estão atrelados à linguagem empregada, qual o seu alcance e a intencionalidade empregada. Considera-se relevante abarcar a realidade institucional e profissional do assistente social, tendo preponderância o estabelecimento da competência profissional em se fazer entender pelos diferentes atores com os quais se relaciona.

Resumen:

El presente escrito se realiza con el cometido de postular al XXIII Seminario de ALAEITS a realizarse en noviembre del corriente año, cuyo tema central es “Radicalización del neoliberalismo y pandemia; contradicciones, resistencias y desafíos para el Trabajo Social, en la garantía de derechos”. El mismo tiene carácter de ponencia, se enmarca dentro de la categoría: análisis de procesos de intervención y refiere al eje temático número 9 en relación al campo ocupacional del Trabajo Social.El Trabajo Social como profesión tiene su inserción en diversos campos como la salud, la educación, la vivienda, entre otros; siendo la justicia un campo más. Sin embargo, este espacio profesional presenta ciertas particularidades, vinculadas fundamentalmente al carácter de perito social que adquiere el profesional que se desempeña en él y la tarea específica que desarrolla elaborando pericias sociales. Dadas estas especificidades es que se considera de importancia estudiar el Trabajo Social en el campo judicial, en tanto profesión que se inscribe en la interfase de lo social y la justicia.En el presente escrito se toma el concepto de campo tal como es desarrollado por Bourdieu, quien concibe a la institución judicial como:Un espacio de conflicto y competición, en analogía con un campo de batalla, en el que los contendientes rivalizan por establecer un monopolio sobre el tipo específico de capital eficiente en él (...). Cada campo prescribe sus valores particulares y posee sus propios principios regulatorios. (...) allí los agentes luchan en función de la posición que ocupan en dicho espacio. (Bourdieu & Wacquant, 1995 apud Nicolini, 2011, p.17) El campo jurídico tiene una competencia social y técnica consistente en:(...) la capacidad socialmente reconocida de interpretar (...) un cuerpo de textos que consagran la visión legítima recta del mundo social (Bourdieu, 2000, p.160). Esta capacidad de consagrar la visión legítima del mundo social que viene dada desde las normas jurídicas se expresa (...) en las sentencias y en otras decisiones que se toman en el campo, las cuales inciden fuertemente en la construcción de un ideario de familia, imponiendo una representación de normalidad. (Nicolini, 2011: p.18)El[1] perito social participa en parte del proceso judicial, siendo llamado a realizar una valoración respecto de la situación de una persona, familia, grupo o comunidad y  expresar un dictamen en base a conocimientos teóricos y procesos metodológicos propios de las ciencias sociales. Este proceso implica la construcción de una pericia social.En este sentido, los objetivos del presente escrito son exponer el proceso de construcción de la pericia social y reflexionar críticamente sobre sus aspectos teóricos, metodológicos y ético políticos. La pericia social constituye la producción escrita de la intervención del perito social e implica un proceso de análisis de “las vinculaciones entre la compleja estructura social y los conflictos o demandas de las personas frente a la justicia”. (Oliveras: 2012, p.1)Por ello se plantea ineludible comprender las demandas o las situaciones de conflicto que dan lugar a la intervención social en el contexto de cada situación singular, vincular, familiar, pero también más ampliamente como manifestaciones de la cuestión social. En tal sentido, resulta imprescindible construir un análisis acerca de los modos en que la compleja estructuración de la vida social impacta en la subjetividad. Esto implica ir superando lecturas que han fragmentado la realidad, para trabajar con una mirada totalizante que pueda incluir -entre otras cuestiones- las variables macroestructurales en el análisis de los problemas sociales. (Oliveras, 2012: p. 1- 2)De esta forma, una pericia social puede constituir un valioso instrumento comunicacional dentro de la organización judicial, que contribuya a dar cuenta de la complejidad y contextualizar las problemáticas de los sujetos que transitan el campo jurídico.El perito social actúa en una relación triangular entre la organización judicial y el conocimiento de los sujetos que transitan el espacio jurídico. Esa aproximación a la realidad de las personas involucradas en procesos judiciales o de los “profanos” al decir de Bourdieu (2000), constituye una reconstrucción que involucra, tanto la mirada profesional, como las perspectivas singulares de los propios sujetos y el análisis que éstos realizan de sus conflictos y las posibilidades de resolución de los mismos.  Esto requiere, como plantea Dell´Agllio (2004), una intervención que privilegie “lo social”, que permita conocer el cotidiano de las personas, asumiendo que tenemos adjudicada la función de control social para detentarla en su contradicción y superarla. Estudiar la pericia social y sus contenidos permite identificar cómo es apropiado el conocimiento, cómo se interpreta la realidad social y las intersubjetividades que se generan entre quienes participan en los procesos de intervención judicial (trabajadores sociales, jueces, familias, abogados, fiscales, entre otros). Este entramado dará a luz al origen, procesualidad y devenir del Trabajo Social en el campo jurídico; exponer el devenir histórico de la profesión en la justicia uruguaya permite tensionar cuestiones que hacen al desarrollo profesional en la actualidad, fundamentalmente en lo que respecta al campo teórico y práctico y el vaivén entre las demandas de las autoridades de la justicia y la autonomía profesional.BibliografíaBourdieu, P. (2000). Elementos para una sociología del campo jurídico. En Bourdieu P & Teubner G. La fuerza del derecho. Santa Fe de Bogotá: Siglo del Hombre Editores, Facultad de Derecho de la Universidad de los Andes, Ediciones Uniande, Instituto Pensar.Dell, Aglio, M. (2004). La práctica del perito Trabajador Social: Una propuesta metodológica de intervención social. Buenos Aires: Editorial Espacio.Nicolini, G. (2011). Judicialización de la vida familiar. Lectura desde el Trabajo Social. Buenos Aires:Editorial Espacio.Oliveras, M. (2012) El Trabajador Social en el ámbito de la justicia. Recuperado de https://www.edumargen.org/docs/curso42-11/unid01/complem02_01.pdf [1] Este resumen utiliza el masculino genérico, evitando así la sobrecarga gramatical y la recarga en la lectura producto del uso reiterado de “o/a”, “as/os”, “los/las” para finalizar palabras que puedan referir al género femenino o masculino, sin que por ello deba interpretarse que se hace un uso sexista del lenguaje.

Resumen:

La precarización laboral resulta una problemática cercana para el conjunto de las y los TS, no sólo en Argentina (Oliva et al. 2005b; Britos, 2006; Cademartori et al. 2006, 2007; Siede et al. 2006, 2008a, 2008b; Roca, et al. 2007; 2011; Dieringer y De Perini, 2011; Aab et al. 2011, Cademartori, 2011) sino en la región. Estudios provenientes de Chile (Vidal Molina, 2008), Brasil (Predés Trindade et al. 2007; Iamamoto, 2009) y Colombia (Plazas Neiza, 2021), entre otros, ratifican esta particularidad. Existe cierta naturalización dada la profunda extensión de esta realidad en el mercado de trabajo, con énfasis en la franja etaria de les jóvenes y/o entre quienes tienen sus primeras inserciones en la dinámica laboral. Si bien las transformaciones del “mundo del trabajo” varían según cada coyuntura histórica, se reconoce que a partir de la década del setenta en la región, la ofensiva del capital hacia las conquistas y derechos de la clase obrera configuró un escenario absolutamente desfavorable para la misma. Sin embargo, no resultaría correcto entender la precarización laboral como resultado “novedoso” y consecuente de dichas transformaciones. Los procesos de precarización de la masa de trabajadores/as son consustanciales y constitutivos del orden capitalista (Leite Lopez, 2011), es decir que, al observar y explicar las manifestaciones contemporáneas del dominio del capital sobre el trabajo (en todas sus dimensiones), no puede soslayarse su condición latente de avanzada sobre los límites de explotación, por tanto, su cíclica recurrencia. Montes Cató (2005), sostiene que lo que pareciera una prueba más de la tendencia generalizada a la precarización del empleo a nivel mundial y presente a nivel local, implica tanto más que la pérdida de ciertos derechos conquistados y una mayor vulnerabilidad de las y los trabajadores frente al detrimento de sus condiciones laborales. Esgrime que resulta la combinación de procesos objetivos y subjetivos de fuerte arraigo ideológico en la clase asalariada que bajo dispositivos cada vez más especializados, ve regulada “las conductas más cotidianas” en pos de la reproducción de las relaciones sociales del sistema social imperante.En este ensayo, se analizarán las alteraciones producidas en el espacio singular del empleo público post contrarreformas estatales de los ’90 en Argentina para, a partir de allí, dar cuenta de las características de las condiciones laborales y sus impactos en la constitución de los procesos de trabajo de trabajadoras sociales. La mirada aborda los alcances de la precarización laboral y, presta particular atención a la fuerza de trabajo que, por las características de los servicios que presta, es -en la mayoría de los casos- no separable de las y los mismos. Esto debido a que el valor de uso particular de este trabajo es útil en tanto actividad y no como cosa.La condición de venta de la fuerza de trabajo para la clase asalariada como única forma de subsistir resulta necesaria más no suficiente. Se realza entonces la existencia de formas variadas para la dominación capitalista cuyo papel coercitivo resulta preciso identificar y se busca dar cuenta en este ensayo. En el capítulo sobre “La llamada acumulación originaria” de El Capital, Marx (2004: 922) coloca la educación, la tradición y los hábitos como vía de incorporación de las exigencias del modo de producción. A su vez, se subraya la generación constante de una superpoblación relativa que, ligada al temor de no poder vender su fuerza laboral, hace prescindible y evitable el uso de la violencia directa. De este modo, como parte de la “coerción sorda de las relaciones económicas”, prolifera el manejo y subordinación de las y los trabajadores bajo diversas modalidades y, si bien la subordinación atraviesa la historia de la humanidad (Katz, 2000), el desarrollo de lo específicamente capitalista reside en un cambio de “forma”. Bajo la apariencia del obrero “libre”, subordinar encierra vigilar, coaccionar, disciplinar cuando sea necesario (Kohan, 2011). Entendiendo a su vez, que la dominación se presenta en términos relacionales como vinculación entre sujetos sociales. Por tanto, el control y el disciplinamiento dirigido hacia las/os vendedores de fuerza de trabajo, aspecto garante de la reproducción de las relaciones sociales capitalistas, presenta plena vigencia. La complejidad reside en develar las diversas mutaciones y las formas aparentes contemporáneas, no siempre valuadas por el peso de su omnipresencia (Ibíd.: 2007). En este trabajo se demuestra que las características de la precarización a nivel del empleo estatal da pautas de comportamiento a la dinámica del mercado laboral en su conjunto. Aquel recorrido, principalmente enfocado en el vínculo que se teje entre el Estado como comprador de la fuerza de trabajo y les trabajadores como vendedores de la misma, sin embargo, no logra dar cuenta de los impactos en su puesta en acto. En otras palabras, no aborda qué sucede con el gasto material del cuerpo y su potencial resultado proyectado; que, en el caso de análisis, se da en el marco de los servicios sociales y de la atención brindada a las manifestaciones de la cuestión social.Al calificar las condiciones laborales bajo las cuales se constituyen los procesos de trabajo de las TS como precarias, nos preguntamos ¿cómo son moldeados dichos procesos y qué características reflejan? ¿Es posible pensar que puedan sortear la tendencia precarizante en su resultado final? ¿Puede disociarse la orientación de las políticas sociales de las características que presentan las condiciones laborales de quienes las implementan? ¿Qué objetivos subyacentes se encuentran en procesos de trabajo constituidos sobre la base de la vulnerabilidad de las y los trabajadores? El objetivo de este ensayo resulta entonces dar cuenta de lo que sucede con el gasto material del cuerpo de las TS en los espacios laborales. Qué sucede allí donde se hace presente la coerción sorda de las relaciones económicas, los dispositivos de coacción, vigilancia y dominación simbólica.  

Resumen:

Este trabalho é resultado das primeiras interpretações dos dados da pesquisa realizada pelo Conselho Regional de Serviço Social de Minas Gerais (CRESS-MG), por meio da Comissão de Orientação e Fiscalização do Trabalho Profissional (COFI), intitulada: “Como está o trabalho dos/as Assistentes Sociais mineiros/as na Pandemia?”.Esta pesquisa objetivou compreender o trabalho das/os Assistentes Sociais mineiras/os durante a pandemia, como o objetivo de apreender o trabalho das/os assistentes sociais para elaborar estratégias de orientação profissional, de maneira a fortalecer as competências e as atribuições profissionais previstas na Lei 8662/1993, que regulamenta a profissão, e, dessa forma, defender o Serviço Social.Além disso, a pesquisa pretendeu contribuir para efetivar uma das deliberações do Encontro Nacional Conjunto CFESS/CRESS de 2020 para o Eixo Orientação e Fiscalização, a saber: “Debater e dar continuidade à produção de orientação sobre o teletrabalho e com relação ao uso da tecnologia da informação e comunicação (TIC), considerando atribuições e competências profissionais e as possíveis implicações éticas que, porventura, venham a ferir as normativas da profissão”.  No período de 17 de junho a 30 de julho de 2021, a COFI do CRESS-MG, por meio do site, disponibilizou o questionário: “Como está o trabalho dos/as Assistentes Sociais mineiros/as na Pandemia?”. O questionário foi respondido por 446 Assistentes Sociais inscritos no Conselho. Embora esse número represente 2,36% do total de profissionais inscritos no CRESS-MG, no período em que o questionário foi disponibilizado, podemos considerá-lo importante, ao vê-lo pela perspectiva da participação individual e pelo quantitativo de questionário para análise.Trata-se de uma pesquisa de campo, com ênfase quali-quantitativa, que usou o questionário com questões abertas e fechadas para coletar dados. O questionário foi amplamente divulgado nas redes sociais do CRESS-MG, pela internet e também foi enviado por mala direta para o e-mail de todas as profissionais do estado. A amostra da pesquisa diz respeito às respostas das 446 Assistentes Sociais, organizadas em tabelas, gráficos e conteúdos temáticos, como parte da técnica de análise de conteúdo.Para publicizar a pesquisa, um relatório foi elaborado com os dados analisados, os quais foram organizados em quatro frentes temáticas, a saber: a) as condições éticas e técnicas de trabalho; b) o registro do trabalho profissional e a questão do sigilo; c) a supervisão de estágio durante a pandemia; d) questões gerais.As reflexões inicialmente desenvolvidas no relatório, que necessitam de maiores aprofundamentos, possibilitaram levantar algumas sínteses e questionamentos iniciais. É nítido que o contexto da pandemia acirrou as expressões da “questão social” e escancarou a fragilidade do sistema de proteção social brasileiro, ao mesmo tempo em que desafia a processualidade do trabalho profissional, pois as modificações no mundo do trabalho, que já estavam em curso e que foram aceleradas no contexto da pandemia, também colocam desafios ao trabalho das/os Assistentes Sociais, desde os relacionados às condições em que o trabalho se realiza, aos relacionados com a maneira com que os serviços executados chegam aos usuários.Situações como ausência ou pouca condição de trabalho aos assistentes sociais que foram trabalhar na modalidade remota, recaindo sobre elas/es os custos e a manutenção dos instrumentos de trabalho; as dificuldades com a conectividade, internet e aparelhos eletrônicos; a ausência de planejamento por parte dos gestores para construir direção técnica nos serviços sociais, impactando, sobremaneira, as respostas profissionais; o não contato com as/os usuárias/os; a dificuldade de manutenção de uma jornada regular de trabalho; a sobrecarga de trabalho; a ausência de espaço físico adequado para execução do trabalho; o não acesso às informações básicas para desenvolvimento do trabalho, dentre outras situações, puderam ser  captadas pela pesquisa, oportunizando reflexões sobre a direção ética e política do trabalho profissional.Em outros termos, a conjuntura atual acirra, no universo da profissão, o clássico dilema entre causalidade e teleologia e, nesse sentido, compreendemos que é a conjunção entre projeto profissional e trabalho assalariado (IAMAMOTO, 2015) que possibilita desvendar as contradições presentes no cotidiano do trabalho profissional, agravadas pelas bruscas mudanças no mundo do trabalho provocadas pela pandemia da covid-19, que já estavam em curso, como bem sinalizou Antunes (2018), ao abordar a nova morfologia do trabalho no século 21, cuja processualidade, materialidade e tendências já demonstravam que a classe trabalhadora oscilaria “[...] entre o desemprego completo e, na melhor das hipóteses, a disponibilidade para tentar obter o privilégio da servidão” (p.34). Isso tudo num contexto em que, no Brasil, a pandemia e suas consequências nefastas foram minimizadas pelo governo federal, não como ausência de estratégia política, mas como compreensão do fenômeno e, assim, instigou comportamentos inadequados e disseminou informações falsas sobre os cuidados e as prevenções ao contágio do corona vírus, o que intensificou ainda mais as complexas contradições sociais da realidade brasileira.(CALIL, 2021).Compreendemos, ao final, que essa pesquisa pode fornecer questões para os temas apontados no relatório, provocando mais reflexões acerca do trabalho das/os assistentes sociais em Minas Gerais, proporcionando compreensões sobre as fragilidades e as potencialidades do exercício profissional, a fim de aprofundar o fortalecimento do Serviço Social, como a tarefa primária, legal e ética do Conselho Regional de Serviço Social, como também da Comissão de Orientação e Fiscalização, em seu aspecto político e pedagógico, ao dialogar com a categoria a respeito de seus desafios técnicos, que são também éticos e políticos.

Resumen:

Esta ponencia tiene como objetivo presentar las condiciones laborales de profesionales de Trabajo Social en Cali entre los años 2019 a 2020, a partir de las características de contratación por prestación de servicios o término fijo, corta duración de los empleos, salarios bajos, extenuantes cargas laborales, bajas garantías en la afiliación a la seguridad social, insatisfacción sobre la labor que desarrollan, entre otras, que hacen parte de distintos campos de intervención social en la ciudad. Lo anterior permite evidenciar la precarización laboral que padece la profesión en la actualidad y la nueva tendencia en la configuración del campo profesional bajo las condiciones descritas. Las reflexiones aquí expuestas son resultado de un proyecto de investigación sobre las condiciones laborales de las y los profesionales que han egresado de tres universidades en Cali: Universidad del Valle, Universidad Católica Lumen Gentium y Universidad Santiago de Cali, y la metodología fue mixta a partir de técnicas cualitativas como entrevistas semi estructuradas, revisión documental, además de cuantitativas como la encuesta y el análisis de datos estadísticos. El proyecto se desarrolló en el año 2020 y actualmente se encuentra en una segunda fase. Para cumplir con el objetivo del escrito se presentará en primer lugar un contexto de las condiciones laborales del país para que se pueda comprender la estructura económica de la informalidad y la flexibilización laboral que responden a condiciones históricas. También se hablará sobre el comportamiento del empleo en el Valle del Cauca y Cali, para posteriormente relacionar los estudios exploratorios que se han hecho sobre las condiciones laborales del Trabajo Social en Colombia, identificando campos de intervención, formación profesional, salarios, tipo de contratación, entre otros. Luego se detalla el mercado laboral de Cali para el Trabajo Social, a partir de los datos obtenidos por la encuesta y las entrevistas semi estructuradas, evidenciando en esta parte, la agudización de las condiciones laborales para las y los trabajadores sociales que lograron obtener o sostener un empleo, en donde difícilmente contaron con estabilidad contractual, prestaciones de ley y condiciones óptimas para el desempeño de sus funciones, a la vez que, las dificultades de algunos para conseguir empleo, debido a la precarización de las ofertas laborales que regularmente aparecen en el mercado de la intervención social. Sumado a la baja satisfacción de los profesionales con su quehacer, debido al impacto que su tipo de vinculación laboral genera con la construcción de sus proyectos de vida. De igual forma, se exponen las características de los campos de desempeño profesional del Trabajo Social, en donde se halló que las áreas de salud, educación, protección y derechos humanos se mantienen como campos de intervención clásicos para la inclusión laboral de profesionales, al tiempo que emergen nuevas líneas como docencia universitaria, organizacional y renovación urbana, con amplia participación dentro del mercado. Aquí por ejemplo es necesario relacionar que los métodos de caso, grupo y comunidad que emergen al principio del siglo XX en Estados Unidos y posteriormente llegan al país a mediados de ese siglo, a pesar de que se han transformado y se criticaron ampliamente en los procesos de reconceptualización latinoamericana, siguen con un lugar preponderante en las metodologías de intervención que aún cursan los estudiantes en formación y posteriormente ejecutan como profesionales de Trabajo Social. Se resalta también que dentro de estos campos laborales los sectores con mayor presencia son el privado, seguido del público y por último el tercer sector donde se encuentran organizaciones sin ánimo de lucro, que ayudan a identificar el tipo de intervención que existe desde el Estado neoliberal colombiano, pues a pesar que las políticas sociales son el eje central sobre el que se desarrollan los programas sociales, son los sectores privados y las empresas del tercer sector las que los ejecutan, reduciendo la acción estatal para la atención de las cuestión social. Aspecto que al tiempo se puede analizar con el surgimiento de la profesión para atender las consecuencias de los procesos de industrialización en las ciudades modernas, y el papel de las políticas sociales como mediadoras del conflicto social entre ciudadanía y Estado, que a su vez merece la reflexión ético-política de los profesionales como reproductores del orden social al ser trabajadores de la intervención social.  Por último, a manera de conclusión se elabora una reflexión sobre la precarización de las condiciones laborales y de obtención de empleo para los y las profesionales, en relación con las dinámicas neoliberales de la economía colombiana y la mercantilización de la educación, para de esta forma pensar en los desafíos de consolidar la agremiación de la profesión y seguir con las luchas históricas y actuales, no solo por el reconocimiento social de la labor de Trabajo Social en la cuestión social, sino, por el cumplimiento de sus derechos laborales, condiciones salariales y contractuales dignas, que permitan la apertura de nuevos campos sociales para la empleabilidad en otros escenarios diferentes a los clásicos, disputando un estatus social relevante en la mejora de las condiciones de vida digna de las poblaciones más vulnerables, en las que también ingresa el profesional al ser un trabajador asalariado.