Resumen:
Desde la perspectiva del Trabajo Social, la pandemia ha trastocado lo público y lo privado de la familia como ente social, porque fue protagonista de dar frente a la enfermedad del Covid-19, el mismo que ha ocasionado desde diferentes posturas como: en lo cultural, considerado como una desgracia; lo económico familiar, que se dieron los ajustes del gasto per cápita y las nuevas formas de ingreso para su subsistencia; lo laboral, que dieron muestra, en que muchas familias están inmersos en un trabajo informal y lo organizativo familiar que se dibuja en encierro domiciliario, el mismo que ha generado el miedo, pánico, estrés y sobre todo la interrogante de la encrucijada ¿Cuándo termina la pandemia? ¿Cuándo van a volver a una situación normal o estar libres? ¿Cuándo dejan de utilizar el barbijo?, entre otras interrogantes.Rol del Trabajadora jugo un papel preponderante, porque fue el nexo entre la institución y la familia, aplicando estrategias comunicativas como: el WhatsApp, meet o sencillamente lo hace a través de las llamadas, sin embargo, no fue tan asertivo, por el mismo hecho que no se recoge información fidedigna, lo cual ha conllevado a un fracaso de intervención. Así mismo se ha demostrado a la importancia de contar en una institución una trabajadora social, porque en muchas instituciones sobre todo en los centros educativos de nivel básico, entre otras.Lo manifestado, es un tema social que atraviesa la Trabajadora social desde el área de bienestar social, dándole un sentido singular su accionar, que fue de manera creativa, mostrando actitudes de empatía, producto de ello se tiene en cada una de ellas que conjugaron estrategias que le permitieron llegar a ser nexo. A partir de la actuación colectiva frente a los problemas y a la solución de los mismos como horizonte entre lo micro social en relación con lo macro (las políticas sociales) que se ha visibilizado a partir de la cotidianeidad laboral.Entonces estas cuestiones se expresan en términos de Accesibilidad al Sistema de Salud, a las Políticas Sociales y a los Sistemas de cuidado en general. Esto se da a tres niveles: la primera es al personal que labora en una determinada institución pública, quienes acceden a un servicio de atención por el Hospital de ESsalud, que es sistema de servicio de salud paraestatal el mismo que no ha tenido cobertura de atención al 100% porque en plena pandemia hace colapsar los servicios de atención y la segunda es para el ciudadano que accede a un servicio de Sistema Integral de salud (SIS), quienes son los Hospitales, establecimiento de Salud y centros de salud, que son servicios que ofrece el Estado y la tercera es el personal quienes laboral en las empresas privadas, y estas tienen convenios de atención en clínicas o aseguradoras, con una brecha de atención de camas UCI (Unidad de cuidado intensivo), este último solo se tienen los Hospitales del Estado y el Hospital Essalud.Esta pandemia exigió remirar y reconstruir aspectos como: la convivencia familiar y la construcción de lazos entre los miembros que la integran, la organización social de una ciudadanía responsable de sus actos, una gobernabilidad local y regional en aras de preservar seguridad y respeto al distanciamiento y la practica de la empatía y la necesidad del trabajo en equipo multidisciplinario y/o profesiones que dieron muestras de enfrentar esta pandemia.Es así que la región de sur del Perú (Puno, Moquegua y Tacna) convivieron situaciones álgidas desde el momento de inicio de la pandemia hasta estos últimos días que aún se convive en zozobra, sobre todo en la movilización de las familias, en cuanto al retorno de sus tierras que lo vieron nacer y nuevamente retornar a la ciudad en la que migraron con el único objeto de sobre salir o en búsqueda de mejores condiciones de vida, el mismo que fue trascendental para la historia de las regiones del sur y sus pueblos originarios, que le permitió entender o no el duelo individual y colectivoFinalmente se tiene que comprender que la realidad del Covid-19 no es sólo el número de contagiados, hospitalizados, curados y muertos, sino que es algo mucho más complejo, es un tema social si lo vemos desde la accesibilidad a los servicios de salud, el profesionalismo del personal de salud, el accionar de la Trabajadora Social y es también la oportunidad de revalorar el lugar del Estado, las relaciones de las personas, la asunción de responsabilidades, la organización social del ciudadano(s). Y también es reflexionar profundamente el componente social como un derecho a un bienestar colectivo e individual, sobre todo es el derecho a vivir, el solo vivir que resignifica las manifestaciones que se viene dibujando en un proceso histórico y Social y de construir más y nuevas formas de convivencia desde el sentir peruano en su condición de niño, adolescente, joven, mujer y adulto mayor